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La sequía hace más estragos que las heladas en el campo malagueño: las pérdidas ascienden a 14 millones de euros

Desde que empezó el año 2012 los agricultores y ganaderos de Málaga no han tenido respiro. Primero, un calor casi veraniego en pleno enero, luego unas heladas siberianas. Y como telón de fondo, una pertinaz sequía que ya ha dejado unas pérdidas de 14 millones de euros en el campo malagueño, un montante que se suma a los once millones de euros que se han cobrado las heladas en otros cultivos, fundamentalmente en tropicales y patatas.  Más de 25 millones de euros en total y se prevé que los daños aumenten conforme pasen los días, ya que según los meteorólogos las previsiones de lluvia no rozan la provincia.

 

Y todo ello, con el aderezo del acuerdo de Marruecos, que afecta directamente a los productores malagueños, que son los que están más cerca del país vecino y que, por tanto, coinciden en clima y cosechas.

 

7 millones en pienso

 

La situación de los ganaderos de la provincia es realmente desesperada. A los precios ridículos que vienen soportando desde hace años, tienen que sumar ahora unos elevadísimos costes de producción. La sequía y las heladas han dado al traste con la otoñada, como se conoce la época en la que los animales pastan libremente por el campo. Como apenas hay hierba, los productores no tienen más remedio que dar de comer a los animales, lo que ha supuesto un desembolso de 7 millones de euros.

 

“La economía de los ganaderos no puede soportar este sobrecoste, además, no parece que sea algo puntual, porque si no llueve tampoco tendremos pasto en primavera y la situación será realmente delicada”, explica Carlos Carreira, veterinario de Asaja Málaga.

 

Las cabañas más afectas por esta sequía son las de vacuno de carne, y las de ovino y caprino.  Según datos de Asaja Málaga, en la provincia hay unas 4.000 vacas de carne, que necesitan comer entre 8 y 9 kilos de forrajes diarios, lo que supone un coste de unos 90 céntimos por día y vaca, es decir, un desembolso de 300.000 euros.

 

Mucho más caro aún resulta alimentar las 400.0000 cabezas de ovino y caprino que hay en la provincia. Éstas necesitan comer diariamente unos 2 kilos de forraje, lo que supone un extra de más de 6 millones de euros.

 

A estas cifras objetivas hay añadir otros costes que no se pueden evaluar de forma tan sencilla, pero que sin duda generan grandes pérdidas. “Con el frío los animales dan menos leche y las vacas necesitan una alimentación extra porque gran parte de su alimento lo metabolizan para mantener la temperatura”, añade Carreira, quien teme además que como las  heladas han sido generalizadas y serán muchos los ganaderos que necesiten hacerse con forraje, el precio de estos suba por las nubes.

 

Los cereales, en apuros

 

Además de los ganaderos, los productores de cereales están temiendo seriamente por su cosecha. Más del 30% de la cosecha se ha perdido y aunque llueva,  ese porcentaje ya será previsiblemente irrecuperable. Estás perdidas arrojan unas cifras de 6 millones de euros. “El nacimiento no fue bueno porque apenas han tenido humedad y es posible que aún se pierda más cosecha porque las condiciones meteorológicas no están favoreciendo nada su desarrollo”, comenta Carlos Carreira.

 

 

 

 

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