Tras confirmarse nuevos focos de Lengua Azul (L.A.) en diversas comunidades y ante el riesgo real de que la enfermedad avance en Navarra, UAGN urge a las administraciones poner en marcha medidas inmediatas que frenen su expansión; y apela directamente al Gobierno de Navarra para incluir al vacuno en el programa de vacunación. La organización alerta de que esta enfermedad vírica, favorecida por las altas temperaturas, hace peligrar la cabaña ganadera foral, con un impacto que combina pérdidas económicas, mortalidad de animales y un incremento de los costes de producción.
Esta patología vírica, transmitida por mosquitos del género Culicoides, afecta principalmente a rumiantes como ovejas, cabras y vacas, y provoca fiebres altas, inflamación, dificultades respiratorias, abortos y, en los casos más graves, la muerte del animal. Aunque no se transmite a humanos, sus consecuencias sanitarias y económicas en el sector ganadero son enormes: pérdidas de producción, mortalidad y costes añadidos por vacunación. “Hazte una idea de cómo te puede afectar una gripe… en el caso de quienes nos dedicamos a la ganadería, además de las pérdidas productivas, hay desaparición del ganado y gastos adicionales. Nos afecta en todos los sentidos”, señala Beni Irurita, vocal de la Ejecutiva de UAGN.
“Las ganaderías con ordeño robotizado van un paso por delante, porque detectan antes los primeros síntomas, gracias a que tienen información en cada momento del estado de salud de cada animal”, expone la ganadera, que además insta a poner en marcha una campaña informativa clara y accesible que oriente a los y las profesionales sobre medidas de prevención, control y contención del brote. “El primer signo suele ser la fiebre, que permite intervenir con más rapidez. Sin embargo, en el vacuno de carne en extensivo, al pastar actualmente en el monte, el control de si están bien o mal es más complicado, porque están fuera de tu vista y, muchas veces, cuando se detecta la enfermedad, ya es tarde”, explica Irurita. “En ovino la situación es similar: cada persona ganadera conoce a sus animales y puede detectar cambios, pero la rápida propagación del virus dificulta la contención”, continúa.
Entre las soluciones está la vacuna y “esto realmente es una decisión política”, afirma la vocal de UAGN. “A principios de 2025, a nivel estatal, se pasó de aplicar un programa de erradicación de la Lengua Azul a desarrollar una estrategia de protección y, con esto, la vacunación contra la L.A. pasó de ser obligatoria a voluntaria. UAGN participó entonces en una reunión en la que Ignacio Gil, director general de Agricultura y Ganadería, nos informó de ello y nos pareció bien. De hecho, se nos dijo que Navarra legislaría para adaptarse a este cambio de situación y poder continuar financiando la vacunación para quien quisiera vacunar a su ganado, tanto de ovino como de vacuno”, detalla la ganadera. “No obstante, finalmente se ha dejado fuera al bovino, es decir, la financiación autonómica se limita al ovino. Desde Gobierno de Navarra nos dicen que se debe a que la mortalidad en ovino ha resultado mayor que en bovino, que sólo presenta síntomas, por lo que se ha decidido priorizar la protección del ovino. Esto supone un coste importante para las ganaderías, que no sólo tienen que afrontar el pago de la vacunación sino que su ganado se ponga enfermo al carecer de esa protección. Por eso, desde UAGN, pedimos que en las próximas campañas de vacunación se incluya también al vacuno, porque es vital para la cabaña ganadera de nuestra comunidad”, expone la vocal.
“También hemos reclamado al Departamento que estas enfermedades se incluyan en la póliza de Agroseguro. Si cualquier ganadería quiere asegurar sus animales, tienen que hacer un seguro con Agroseguro sí o sí, porque no hay otro y, ya que depende de entidades oficiales, debería haber más agilidad para introducir en la póliza nuevas enfermedades”, subraya la ganadera. “Desde nuestra organización también consideramos imprescindible un Plan de choque estatal y autonómico”, añade.
Irurita se refiere a una respuesta coordinada y rápida entre el Gobierno central y las comunidades autónomas: “La proliferación del virus, que no entiende de fronteras administrativas, exige una acción conjunta y sin fisuras”. La propia ASAJA Nacional hace hincapié en que “se requiere la creación de un plan de choque interterritorial que unifique protocolos, garantice la distribución equitativa de posibles vacunas y refuerce los canales de comunicación para que la información fluya sin demoras, evitando así que las personas ganaderas de unas regiones se vean desamparadas frente a sus homólogas en otras”.
La L.A. no es nueva, pero su extensión actual es inédita. Las altas temperaturas prolongadas y los veranos más largos favorecen la reproducción de los mosquitos transmisores, elevando el riesgo de expansión de la enfermedad y la desaparición del ganado. “El cambio climático nos afecta, pero también hay que recordar que el propio sector es parte de la solución: la ganadería intensiva, con la labor de la persona ganadera, mantiene el campo limpio; y la extensiva, con el pastoreo, limpia el monte. La ganadería es la prevención natural de los incendios. Sin ella, el riesgo aumenta. La prevención parte de la supervivencia del mundo ganadero. Cuidar a nuestros animales es cuidar también de nuestro territorio y de la seguridad de todas y todos. El ganadero y la ganadera realizan una gran labor, que merece respeto y dejar de estar en el punto de mira negativo”, concluye la vocal de UAGN.
Fuente: UAGN
