Los ataques de perros asilvestrados en Arafo han dejado más de una veintena de cabras y ovejas muertas
Es inaceptable la inacción de las administraciones y la falta de responsabilidad de los propietarios ante un problema creciente que debe ser considerado una “emergencia”. Los ganaderos afectados lamentan cuantiosas pérdidas económicas, de producción y ganado
Se reclama activar un protocolo de recogida de animales silvestres y exigir la obligación de llevar el microchip correspondiente
La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga Canarias Asaja) denuncia el impacto negativo que están ocasionando los reiterados ataques de perros asilvestrados a explotaciones ganaderas del municipio de Arafo desde hace un mes y medio sin solución a la vista. Esta situación representa una grave amenaza a la supervivencia de estas empresas dadas las pérdidas económicas, de producción y ganado, además del trastorno emocional y psicológico que está provocando en los productores afectados, así como en sus animales.
Esta organización profesional agraria considera inaceptable la “inacción” de las administraciones públicas y las autoridades pertinentes, así como la “falta de responsabilidad” de los propietarios de los perros ante un problema creciente que debería ser tratado de “emergencia”. Asaga Canarias, que se reunió la semana pasada con el Ayuntamiento de Arafo para conocer el modo de proceder ante los hechos acontecidos, cree que la excesiva burocracia administrativa para resolver este tipo de casos extraordinarios “genera incertidumbre en nuestros responsables políticos a la hora de actuar y les impide tomar decisiones con celeridad”.
Las ganaderas afectadas reconocen sentirse abandonadas por las administraciones y muestran su desesperación por el sufrimiento de los animales (cabras y ovejas principalmente). Dedican todo su tiempo a vigilar su ganado, a cuidar de los que están heridos o a intentar recuperar aquellos que se han quedado atrapados en los altos de los barrancos huyendo de los ataques de los perros. Están en vigilia constante por miedo a que vuelve a suceder, lo que les ha obligado a modificar sus rutinas de trabajo. El esfuerzo físico que conlleva es demoledor y sus ingresos económicos se están resintiendo porque han dejado de producir y vender y encima tienen que comprar alimento para el ganado al no poder pastorear como lo hacían antes, un gasto extra añadido.
Se han contabilizado más de una veintena de cabras y ovejas pelibuey (raza autóctona en peligro de extinción) muertas por mordidas que les han provocado fuertes desgarros en las ubres. Las que han quedado heridas, además de un cuadro de estrés, presentan infecciones que requieren de un control exhaustivo para evitar que se extienda.
Asaga Canarias reclama a las administraciones públicas que se active un protocolo de recogida de animales silvestres para poder capturar a estos perros, evitando además que en cualquier momento puedan producirse episodios de ataques a personas, se exija a sus propietarios la obligación de llevar el microchip correspondiente tal y como exige la Ley de Bienestar Animal 7/2023 en Canarias y se indemnice a las ganaderas por los daños ocasionados a sus explotaciones.