Recientemente la secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación, Begoña García Bernal, ha asegurado que “el Ministerio hará todo lo necesario para salvaguardar a los cerealistas españoles”. Un mensaje oportuno y necesario en un momento de especial dificultad para el sector. Pero también un anuncio que, por su alcance, merecería haber sido formulado por quien realmente ostenta las competencias para hacerlo.
García Bernal desempeña un papel institucional relevante dentro del Ministerio, con funciones de apoyo y visibilidad. Pero en cuestiones tan sensibles como las medidas concretas que puedan aliviar la situación de los productores de cereal, lo esperable es que sea el propio ministro o, en su caso, la Secretaría General competente quien marque la posición oficial.
No se trata de restar valor a la voluntad expresada, sino de recordar que en política —y más aún en tiempos de incertidumbre— el quién comunica es tan importante como el qué se comunica. Y cuando lo que está en juego es la confianza de los agricultores, conviene cuidar también las formas. Porque el sector se merece la atención directa del Ministro.