Desde Asaja, mostramos nuestra “disconformidad” con dicho acuerdo por el “perjuicio laboral que le supone a las explotaciones ganaderas de la provincia cordobesa y la importancia económica que tiene para este sector”, que tiene un impacto en la economía española de aproximadamente 2.500 millones al año.
Actualmente, “tan sólo quedan una docena de ganaderías de lidia en nuestra provincia por su escasa rentabilidad, y la falta de apoyo institucional a la fiesta taurina que ha demostrado el Ayuntamiento de Córdoba no ayudará en nada a potenciar estas explotaciones que tanto esfuerzo y sacrificio cuesta mantener”.
Hay que tener en cuenta que esta actividad cuenta con un capital fijo a través de, por ejemplo, las infraestructuras y su mantenimiento, la mano de obra, la alimentación, los gastos de veterinarios, consumos, etcétera, por lo que consideramos que con esta decisión por parte del Ayuntamiento se está “entorpeciendo los beneficios y supone la eliminación de un gran número de puestos de trabajo”.
El ingreso principal de las ganaderías de bravo procede de la venta de animales para su lidia pero también ejercen una labor importante para el mantenimiento del ecosistema de la dehesa y el bosque mediterráneo, ya que la rusticidad de la raza de lidia hace que las vacas pastoreen mejor en determinadas zonas comparadas con otras razas foráneas de aptitud cárnica.
Córdoba es una provincia tradicionalmente ganadera y taurina, cuna del caballo español y del toro de lidia y algunas de las ganaderías más importantes de la historia del toreo pastaron en la sierra cordobesa.