La Junta de Castilla y León publicó en el BOCYL de ayer 8 de octubre la relación de beneficiarios de las ayudas al “fomento de sistemas de producción de razas ganaderas autóctonas en régimen extensivo”, aprobando 274 expedientes de los cuales únicamente 7 corresponden a la provincia de León, lo que es considerado por ASAJA como un agravio y una discriminación. Claro ejemplo de lo que se hace “tarde y mal”, pues la convocatoria se efectuó en abril de 2011, resolviéndose año y medio después, denegando la mayoría de las solicitudes y creando agravios entre provincias. Los expedientes aprobados en la provincia de León representan únicamente el 2,5% de los aprobados en la comunidad autónoma y escasamente el 4 por ciento de las solicitudes registradas en la provincia. Si la ayuda se convocó con un presupuesto global de 2 millones de euros “pudiéndose ampliar la dotación inicial en una cuantía adicional de hasta 7 millones de euros”, la realidad fue que esta línea de ayuda se vio seriamente afectada por los recortes del techo de gasto, por lo que en una nueva Orden de 12 de diciembre de 2011 se limitó el gasto a un presupuesto de 1,5 millones de euros. Si la Junta se ha ajustado a lo que dice en el boletín oficial, los 274 beneficiarios cobrarán una ayuda media de 5.474 euros por explotación.
Estas ayudas tienen como finalidad fomentar la adaptación de las explotaciones ganaderas a sistemas de producción que mejoren las condiciones de higiene, bienestar animal, preservación del medio ambiente y conservación de la cabaña ganadera mediante el fomento de razas autóctonas y sistemas extensivos de producción. En la provincia de León podían solicitarla ganaderos de vacuno de raza asturiana, ganaderos de ovino de razas como churra, castellana o merina y explotaciones de caballos de hispano bretón entre otros.
En opinión de ASAJA de León, el sistema de puntuación establecido en la normativa para determinar prioridades es absolutamente perverso. Se prima rebaños pequeños, de menos de 333 ovejas, número que no permite el sustento de una familia, y se penaliza las ganaderías con más de una especie, es decir, ganaderos que por ejemplo exploten caballos y vacas. En los sistemas de explotación mixta de agricultura y ganadería también se alcanza más fácil la puntuación que en las explotaciones que únicamente son ganaderas, situación esta última propia de la mayoría de la zona de montaña de la provincia.
