1. La comparación que hace la Junta con la situación de las cámaras agrarias en otras comunidades autónomas es maliciosa. A diferencia de otros territorios, en Castilla y León se creó en su día una Ley de Cámaras Agrarias (1995) que las democratizó, las modernizó y las dotó de nuevos contenidos y en particular auxiliar a las Juntas Agropecuarias Locales, unas entidades que únicamente existen en Castilla y León porque sólo aquí hay una Ley, también reciente, que regula los aprovechamientos de pastos de ordenación común. Castilla y León es también prácticamente la única región que ha mantenido la convocatoria de procesos electorales, por lo que, a diferencia de otros territorios, las cámaras aquí están vivas y con contenido y todo ello con un presupuesto modesto. Difícilmente se nos puede comparar con Andalucía cuando allí no celebraban elecciones desde 1978 y no tenían absolutamente ningún cometido.
2. ASAJA ha aceptado desde un primer momento la reducción de personal, lo que implica hacer el mismo trabajo con menos efectivos –el trabajo no va a disminuir de la noche a la mañana-, e incluso se acepta la reducción salarial si fuese necesaria. También, ASAJA acepta que se cubran dos plazas con funcionarios que paga la Junta por entender que lo que le sobra a Agricultura es personal que no sabe qué hacer con él, aunque obviamente no es buen sistema tener unos empleados que mandan unos (la Junta) y trabajan para otros (la cámara agraria). La estructura diseñada por la Junta de 6 trabajadores (tres propios y tres cedidos como funcionarios, incluido el secretario) es escasa, pero en aras de la austeridad ASAJA la acepta.
3. Para indemnizar a los trabajadores a los que se les rescinde el puesto de trabajo, ASAJA acepta una operación de crédito con el aval de la Junta -muchas industrias agroalimentarias están disfrutando de créditos avalados por la Junta-, crédito que se cancelaría con partida presupuestaria de los Presupuestos Generales de la Junta de 2013. ASAJA no acepta lo que ha propuesto la Junta: que el crédito se garantice con el patrimonio de las cámaras agrarias ya que, además de las dificultades para que estas operaciones las conceda la banca, si finalmente no aparece partida presupuestaria suficiente en los presupuestos de 2013, como es más que probable, se ejecutaría el préstamo hipotecario liquidándose así el patrimonio de las cámaras, un patrimonio que es de todos los agricultores y ganaderos y por tanto para ASAJA es sagrado.
4. Para esa estructura mínima – de tres trabajadores propios más tres funcionarios incluido el secretario técnico- con la que se quedarían las cámaras en el futuro, con la finalidad de atender sus cometidos legales, fundamentalmente el dar servicio a las juntas agropecuarias locales, se necesita un presupuesto anual. ASAJA discrepa con la Junta, ya que la Junta estima que es suficiente con 78.000 euros al año por cámara agraria. El gasto promedio, sobre datos reales y después de hacer todos los ajustes posibles y alguno más, es de 113.730 euros al año, según se desprende de la siguiente información detallada:
GASTOS DE “ECONOMÍA DE GUERRA” DE UNA CÁMARA AGRARIA TIPO |
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Concepto |
Importe euros/año |
Coste laboral 2 administrativos y un auxiliar (sin antigüedad ni compl.) |
74.100 |
Asistencias presidente y miembros del pleno |
8.860 |
Limpieza oficina |
4.200 |
Seguro inmueble |
550 |
Electricidad |
1.560 |
Calefacción |
2.200 |
Gastos comunidad propietarios |
1.100 |
Tributos locales |
310 |
IBI |
1.050 |
Pequeñas reparaciones |
1.800 |
Transportes y telecomunicaciones |
5.500 |
Seguro, carburante y mantenimiento vehículo propio |
6.600 |
Servicios externos (laboral, prevención riesgos, informática…) |
2.200 |
Material de oficina |
1.700 |
Gastos financieros |
400 |
Imprevistos |
900 |
Amortización material informático y de oficina |
700 |
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113.730 |
Nota: La Junta cree que el personal que necesita una cámara tipo es de un administrativo y dos auxiliares. ASAJA discrepa de esto, y de no ser personal técnico, está dispuesta a asumir tres administrativos, pero en ningún caso auxiliares, pues no hay cometido para ellos. Recordamos que la Ley de la Función Pública determina que las funciones de un auxiliar consisten en operaciones repetitivas o simples, relativas al trabajo de una oficina, tales como mecanografía, correspondencia, archivo, confección de documentos, etcétera, además de otras asimilables como atención telefónica o al público.
Por todo ello, ASAJA reitera su total apoyo a las cámaras agrarias. ASAJA quiere que las cámaras agrarias sigan existiendo. Las cámaras agrarias existen por el empeño de ASAJA desde que se empezó a trabajar en la Ley en la etapa de Isaías García Monje al frente de la consejería de Agricultura. ASAJA considera que el servicio de las cámaras agrarias al campo es muy importante por el papel, sobre todo, que prestan a las juntas agropecuarias locales. ASAJA valora positivamente su papel institucional al aglutinar la voz de todos los agricultores y valora muy positivamente que hayan servido para democratizar el campo y medir la representatividad de las organizaciones profesionales agrarias. ASAJA se reitera en lo manifestado en su comunicado de prensa del pasado miércoles día 20 de junio y declara que su decisión de abandono de los cargos antes del 30 de junio es firme si antes no se garantiza una modificación presupuestaria. Los cambios que exige ASAJA son dotación presupuestaria para cubrir los gastos imprescindibles de una cámara tipo en línea con lo que se ha demostrado, así como aval de la Junta para la operación de crédito con la que se afronte el despido del excedente de personal – 31 trabajadores-.