Por Pedro Barato, presidente de ASAJA y vicepresidente de COPA
Este 16 de julio pasará a la historia como un miércoles negro para la agricultura europea. Mientras cientos de agricultores nos manifestábamos en Bruselas para defender el futuro del campo, la Comisión Europea presentaba un paquete presupuestario que desmantela la Política Agrícola Común (PAC) y pone en riesgo la seguridad alimentaria de toda Europa.
Bajo la excusa de simplificar y modernizar el modelo, la presidenta Ursula Von der Leyen ha optado por diluir la PAC en un fondo único multisectorial, arrinconando su estructura histórica de dos pilares y, lo que es más grave, despojándola de su presupuesto propio. Lo que hasta ahora era una política común, con código legislativo claro y reglas compartidas, se convierte en una suma de planes nacionales y fondos difusos sin cohesión ni rumbo.
Esta no es una simple reestructuración técnica. Es un cambio político profundo y peligroso. Si se consuma, Europa dejará de tener una política agrícola como tal y entregará a los Estados miembros la responsabilidad de decidir —según sus propias prioridades— qué se financia y qué no. Esto rompe el principio de equidad, fractura el mercado único y convierte a los agricultores europeos en competidores desiguales dentro del mismo espacio económico.
Un presupuesto raquítico para un sector esencial
La nueva propuesta presupuestaria supone una reducción de entre el 20 al 30% respecto al marco anterior. Además, ignora por completo el impacto acumulado de la inflación, que ha superado el 14 % en los últimos años. ¿Cómo se pretende impulsar la producción, garantizar la sostenibilidad y liderar la transición ecológica con menos recursos que nunca?
La Comisión Europea pide más con menos. Exige más sostenibilidad, más seguridad alimentaria, más resiliencia… pero con un recorte severo de los fondos disponibles. Esto es simplemente inviable. Y lo es especialmente para la agricultura profesional, la que vive del campo y hace viable la producción de alimentos en condiciones cada vez más difíciles.
Con las cosas del comer no se juega
La PAC no es una subvención ni una ayuda social. Es una política estratégica que permite que millones de europeos puedan llenar su cesta de la compra cada día con alimentos sanos, seguros y asequibles.
Sin PAC no hay agricultores.
Sin agricultores no hay comida.
Y sin comida no hay futuro.
Von der Leyen está jugando con fuego, porque lo que está en riesgo no es solo el sector primario: es la soberanía alimentaria de Europa. Y en un contexto de guerras, tensiones geopolíticas, crisis de suministros y cambio climático, esa soberanía no es una opción, es una obligación.
Europa legisla demasiado… y escucha poco
Llevamos años denunciando una inflación normativa desde Bruselas que ahoga a las explotaciones agrarias. La PAC ha pasado de ser un marco de impulso al campo a convertirse en una telaraña burocrática que pone trabas a la producción. Explotaciones ganaderas que cierran por normativas asfixiantes, jóvenes que no se incorporan por falta de rentabilidad, territorios que se vacían por falta de apoyo real.
Ahora, encima, nos dicen que con menos dinero tenemos que hacer más. Y que el Parlamento Europeo ya no será co-legislador en esta política. Que se decide todo entre despachos y gobiernos. Eso no es democracia. Y eso no es Europa.
A los partidos políticos: es la hora de votar, no de prometer
Durante los últimos meses, hemos escuchado a muchos partidos políticos expresar públicamente su apoyo al campo. Hemos visto eurodiputados, ministros, responsables autonómicos y líderes de partido afirmar que la PAC debía protegerse, que el campo debía ser escuchado.
A todos ellos, les decimos ahora: ha llegado la hora de demostrarlo.
Las palabras ya no bastan. Ahora hace falta el voto.
El Parlamento Europeo y el Consejo tendrán que pronunciarse. Y el campo estará mirando muy de cerca.
Esta batalla no ha terminado
Desde ASAJA lo decimos claro: esto no ha hecho más que empezar. La PAC se defiende con movilización, con presencia, con firmeza. Y lo haremos en Bruselas, en Madrid, en cada comunidad autónoma, en cada ayuntamiento.
Porque no vamos a aceptar que una decisión política mal planteada entierre el trabajo de generaciones, el tejido productivo de miles de pueblos y el vínculo directo entre agricultores y consumidores.
Von der Leyen quiere enterrar la PAC. Nosotros la vamos a defender.
Porque defender la PAC es defender tu comida, tu salud, tu empleo rural y el futuro de Europa.