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¿Una «DG Alimentación» para la Comisión? ¡La respuesta equivocada a un verdadero problema político!

 

Desde esta perspectiva, la creación de una DG Alimentación aportaría la respuesta institucional al crear un gabinete de dirección único, facilitando la toma de decisiones y la extensión de la agenda "De la granja al tenedor" a lo largo del próximo mandato. 

 

¿Un simple cambio de denominación o un cambio político fundamental? Seamos muy claros: la creación de una "DG Alimentación" sería una respuesta pobre y simplista a un problema político real y complejo: el futuro de la agricultura dentro del proyecto europeo. Hoy en día, hay varias razones de peso para oponerse a esta idea, que va más allá de un debate semántico o de una natural reorganización administrativa. 

 

¿Quién impulsa actualmente la creación de una "DG Alimentación"? En artículos recientes se distinguen dos grupos: por un lado, algunas ONG con sede en Bruselas, desde asociaciones de consumidores a grupos ecologistas, y… las multinacionales alimentarias representadas a través de su organización europea FoodDrinkEurope. ¡Una extraña alianza! Aunque las razones aducidas son diferentes, lo que tienen en común es el deseo de imponer un enfoque de arriba abajo a los cambios necesarios en la agricultura. Sin embargo, fue la misma ideología la que condujo al fracaso de la iniciativa "De la granja al tenedor", con sus objetivos "fuera de la caja" desconectados de las realidades sobre el terreno. 

 

Esta idea de una "DG Alimentación" es tan característica de sus promotores que pasa completamente por alto el hecho de que la política agrícola… ¡no trata sólo de alimentos! Además de seguir estando en el centro de la vida rural, como demuestran las conclusiones del Consejo sobre la visión a largo plazo de las zonas rurales, los agricultores y las cooperativas agrarias producen hoy energía verde, biomateriales, piensos y coproductos como fertilizantes, manteniendo miles de puestos de trabajo en las zonas rurales. Por no hablar de sectores clave como la silvicultura, estrechamente ligada a la agricultura. Algunos de los objetivos fijados para la agricultura son también estratégicos para la UE: no olvidemos que, tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el plan REPowerEU pedía un aumento drástico de la producción de biogás para 2030. Siendo el biogás principalmente… ¡agrícola! 

 

Por tanto, una "DG Alimentación" supondría un estrechamiento más que una ampliación desde el punto de vista agrícola. Una ampliación sería para la parte anterior de la cadena agroalimentaria. Un sector ascendente que se ha mantenido relativamente al margen del "De la granja a la mesa", al tiempo que ha podido aprovechar las transiciones emprendidas por los agricultores. Por nuestra experiencia, sabemos que allí donde se ha intentado el experimento de una "Dirección General de Alimentación", ha sido la voz de los agricultores la que ha quedado marginada en favor de los "dadores de órdenes". Con la política comercial de la Unión Europea, estos principios se encontrarán en el asiento del conductor: o aceptan las transiciones que exigimos (nada se impone, por supuesto), ¡o importaremos! Reduciremos el impacto medioambiental de la agricultura en Europa, y Bruselas podrá felicitarse, pero ¿a qué precio? ¡El de cada vez más importaciones! 

 

Por último, hagámonos las preguntas correctas: ¿la creación de una "DG Alimentación" resolvería por sí misma las principales deficiencias identificadas en "De la granja al tenedor"? No. ¿Habrá un estudio de impacto global de las políticas lanzadas en el ámbito agrícola en el marco del Green Deal? Lo más probable es que no. ¿Habrá una financiación precisa para estas iniciativas con una "DG Alimentación" al mando? En absoluto. ¿Las propuestas que surjan de una "DG Alimentación" estarán más en contacto con las realidades sobre el terreno? Menos aún. ¿Resolverá la "DG Alimentación" el problema de la armonización entre la política comercial de la UE y las exigencias de la "Granja a la mesa"? La respuesta es siempre NO. Así podríamos entender las reservas de algunos Comisarios europeos al respecto. 

 

Como ya podemos oír que nos dicen los promotores de la idea de la "DG Alimentación", "haced propuestas, criticar es fácil". He aquí algunas. En el contexto geopolítico actual, que está socavando nuestra seguridad alimentaria, la necesidad de apoyar a los productores y garantizar la renovación generacional es más esencial que nunca. La posible entrada de nuevos Estados miembros, y su integración en el marco del mercado común, es una prueba más de que la Unión Europea no necesita menos agricultura, ¡sino más! 

 

Para lograrlo, necesitamos una voz fuerte dentro del Colegio de Comisarios, con un papel de Vicepresidente para las áreas agrícola y rural en sus transiciones. Un Vicepresidente garantizaría la coherencia de todas las propuestas que repercuten en la comunidad agraria y velaría por que la agricultura pueda contribuir a las transiciones sin dejar a nadie atrás, apoyando al mayor número posible de explotaciones. Para evitar una mayor desconexión entre los agricultores y la Comisión, también proponemos reforzar los grupos de diálogo civil, que son foros esenciales para el debate y el diálogo entre agricultores, población rural, ONG y funcionarios europeos. 

 

Dejemos de centrarnos en la constante reinvención de la rueda (administrativa) y concentrémonos en el contenido del próximo diálogo estratégico solicitado por la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. 

 

Christiane Lambert, Presidenta del Copa y Ramon Armengol, Presidente de la Cogeca. 

 

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