EVENA nace como sociedad anónima de 1981 con el 100% de las acciones en poder del Gobierno foral, para transformarse en 1.986 en organismo autónomo adscrito al departamento de Desarrollo Rural que lo subvencionaba y apoyaba en sus tareas experimentales en viticultura y su analíticas en enología, en estrecha colaboración con el Consejo Regulador de la D.O. del vino de Navarra.
En la reestructuración de las entidades públicas de Navarra el Gobierno foral proyecta el desmantelamiento de EVENA y la redistribución de los servicios que hasta ahora prestaba a los viticultores y bodegas entre otras entidades, asumiendo el propio departamento de Desarrollo Rural las funciones administrativas que hasta ahora presta; la experimentación y asesoramiento quedaría en manos del Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA); la analítica se derivaría al Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Agroalimentaria (CNTA), el denominado Laboratorio de Ebro ubicado en San Adrián.
UAGN considera un error mayúsculo suprimir EVENA y exige la búsqueda de alternativas para asegurar el mantenimiento de los servicios prestados al sector vitivinícola haciendo hincapié en la necesidad de no dispersar en dos entidades diferentes experimentación en campo y la analítica enológica por ser una clara contradicción y supondría el quebranto de las líneas experimentales en marcha.
Si la supresión de EVENA pretende justificarse por criterios meramente económicos, UAGN propone la búsqueda de alternativas para evitar su privatización pues ello conduciría a su desaparición inminente en cuanto el servicio no fuera rentable. Si entidades privadas consideran que la analítica enológica pudiera ser rentable en términos económicos, no entendemos que el Gobierno foral no sea capaz de idear fórmulas de rentabilidad, tanto más, cundo INTIA podría asumir los servicios de experimentación, asesoramiento y enología, sin derivarlo al sector privado.
UAGN aboga por que todos los servicios que hasta ahora presta EVENA al sector vitivinícola se mantengan en la órbita del sector público para que los viticultores puedan participar activamente en su funcionamiento y conocer de primera mano sus experimentos e innovaciones. Sería una grave error para el sector y para la D.O. Navarra echar por tierra el trabajo desarrollado a lo largo de los 30 últimos años.