UAGN, considera un paso muy importante que se permita al ganadero volver a una gestión tradicional de los cadáveres de animales de su explotación, de forma que las aves necrófagas cumplan su labor en el ecosistema sin dañar al ganado vivo y que el ganadero vea simplificada la gestión que hasta ahora era necesaria, de forma que el mismo y de forma controlada, pueda depositar los restos en las zonas previamente delimitadas.
Este nuevo escenario se posibilita desde la publicación del Real Decreto 1632/2011, por el que se regula la alimentación de aves necrófagas de interés comunitario de forma que sea compatible con sus requerimientos ecólogicos y el mantenimiento de las condiciones de bioseguridad.
UAGN valora positivamente el acuerdo con el Departamento que mediante una próxima Orden Foral, delimitará estas zonas en el territorio, al igual que ya lo han decretado otras Comunidades Autónomas, para la alimentación de especies necrófagas que, tal como establece el referido RD, deberán ubicarse en espacios protegidos de la Red Natura 2000, en áreas contempladas por los planes de recuperación de especies carroñeras amenazadas, y todas aquellas zonas importantes para la alimentación de especies necrófagas donde exista ganadería extensiva.
En un intento por mejorar la conservación de las aves necrófagas en España, que representan más del 50% de la población europea, se aprobó el RD 1632/2011 que flexibiliza la prohibición a los ganaderos de abandonar cadáveres de los animales en el campo, abriendo la posibilidad de que se utilicen como alimentación de las aves necrófagas, no solo en los muladares autorizados sino también en unas “zonas de protección”, cuya delimitación queda en manos de las Comunidades Autónomas.
UAGN desde hace tiempo ha solicitado la puesta en marcha de este tipo de planteamientos, de modo que la retirada de cadáveres de animales desde las explotaciones ganaderas extensivas hasta los muladares autorizados o a estas “zonas de protección” de nueva creación en Navarra, reduciría costes a los ganaderos dado que el destino habitual de los cadáveres son las plantas de transformación que en muchas ocasiones se ubican a mucha distancia de sus explotaciones, factor que hacer aumentar las emisiones de CO2 por el transporte y la incineración.
Con la creación de las zonas de especial protección se garantizaría el alimento primordial de las aves necrófagas y se evitarían los reiterados ataques de buitres a animales vivos.
El impacto mediático y las incertidumbres científicas que generó en los años 90 la denominada crisis de las “vacas locas” propiciaron importantes cambios en la gestión de los cadáveres de animales procedentes de las explotaciones ganaderas, al ordenarse el cierre de los comederos ó muladares tradicionales y prohibirse el abandono del ganado que muere en el campo, razón por la cual las principales especies necrófagas de Navarra como el buitre leonado, alimoche, águila real, milano negro y milano real se vieron privados de su principal recurso alimentario.
La escasez de alimentos ha propiciado que la población de aves necrófagas en Navarra ha experimentado un declive significativo, con excepción del buitre leonado cuya población se cifra en unas 2.500 parejas, que ha propiciado una modificación de sus hábitos alimentarios acercándose cada vez más a los núcleos de población, a los vertederos y atacando cada vez con mayor frecuencia a animales desprotegidos.
UAGN ha pedido que en la elaboración de la próxima normativa se tenga en cuenta todas las especies de ganado en sistemas extensivos (ovino, vacuno y equino principalmente) y que la norma técnica sea lo suficientemente razonable para no incrementar cargas burocráticas innecesarias que hagan que la aplicación de la norma sea difícil para el ganadero.
En esta misma opinión es de destacar que un informe publicado el pasado mes de marzo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), llega a la conclusión de que conservar las aves necrófagas en base a grandes muladares es “inadecuado” porque se pierde funcionalidad y propone que “la normativa sanitaria debe permitir que las carroñas del ganado extensivo y ungulados salvajes queden en la naturaleza de modo impredecible, tal y como ha ocurrido durante siglos en los sistemas agroganaderos mediterráneos”.
La prohibición de abandonar en el campo los cadáveres de los animales a raíz de la crisis de las “vacas locas” forzó a los ganaderos a la contratación de un seguro de retirada de los animales muertos desde su explotación hasta las factorías de transformación o incineración, con el coste de producción añadido que ello significa. Con este nuevo planteamiento este tipo de seguros carecería de sentido.
UAGN considera que con el suministro de cadáveres de animales de las explotaciones ganaderas extensivas en estas “áreas de protección” se asegura la alimentación para las especies necrófagas; se favorece la salud pública y la sanidad animal dada la tardanza en retirada de los animales muertos en las explotaciones; se facilitaría al ganadero la retirada propia de cadáveres de su explotación; y se evitaría muchos de los cada vez más reiterados s ataques de buitres al ganado vivo.
Una magnífica ocasión para volver a reivindicar ante la sociedad el papel escasamente reconocido ni valorado, desempeñado históricamente por los ganaderos y que nunca debieron perder, como agentes destacados en la conservación de la biodiversidad.