Saltar al contenido

Relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos: ¿qué pasará después del golf?

Tras la decisión de Donald Trump de sacudir las relaciones comerciales entre Estados Unidos y el resto del mundo, las reacciones de sus socios comerciales van desde el enfrentamiento con medidas de represalia y contrarrepresalias (como en el caso de China) hasta la sumisión, con la esperanza de que las negociaciones suavicen el golpe.

Este es el camino que ha elegido la Comisión Europea para proteger lo que considera intereses comerciales europeos, con las industrias automovilística (especialmente la alemana), farmacéutica y aeroespacial a la cabeza de su lista de prioridades.

Negociar con una administración que puede ser desautorizada en cualquier momento por su líder, con un líder —el presidente de los Estados Unidos— cuyo objetivo no es negociar sino imponer, es una tarea difícil, sobre todo sin la ventaja de una lista de represalias comerciales capaces de enfriar el entusiasmo de Trump. La Unión Europea tenía la capacidad de hacerlo, dada la importancia de su mercado para las exportaciones estadounidenses.

La reunión entre el presidente de la Comisión Europea y Donald Trump en su campo de golf en Escocia debía definir un marco comercial estable, aunque costoso para la UE. Resultó ser más una declaración política, que cada parte interpretó a su manera.

Por parte europea, a cambio de un aumento del arancel básico del 4,8 % al 15 % para las exportaciones europeas, se presentó como una ventaja la reducción de los aranceles sobre los automóviles, los productos farmacéuticos y la aeronáutica, así como el hecho de que no se hicieran concesiones en materia de normas europeas, en particular en los sectores agrícola y alimentario y en los impuestos digitales.

Por parte estadounidense, el acuerdo se lee como un aumento del 15 % de los aranceles anteriormente más bajos, pero los aranceles anteriormente más altos se mantendrían sin cambios. En conclusión, hasta la fecha, los automóviles europeos siguen gravados con un 27,5 %, el acero y el aluminio con un 50 % y con cuotas en vigor. Solo la industria aeroespacial parece haber quedado exenta. Y eso sin mencionar los procedimientos en curso para aumentar los impuestos sobre los productos farmacéuticos y los semiconductores en la UE… El temor de que con Trump ninguna negociación sea definitiva parece, lamentablemente, hacerse realidad.

¿Y qué hay de las exportaciones agroalimentarias en todo esto? Parecen haber quedado un poco olvidadas, ya que las autoridades estadounidenses pretenden limitar las posibles exenciones a los sectores estratégicos, es decir, aquellos considerados como tales por Trump, cuyo desinterés por los sectores del vino y las bebidas alcohólicas es bien conocido, por ejemplo.

Fuente: Farm Europe

No a la comida falsa

Exige que se indique el origen en la etiqueta

Estamos inmersos en una iniciativa ciudadana para recoger firmas y decir NO a la comida falsa, Sí al origen claro en la etiqueta ¡Necesitamos tu apoyo!

Gestionar Cookies
Aviso de cookies
Utilizamos cookies para ofrecerte la mejor experiencia en nuestra web.

Puedes aprender más sobre qué cookies utilizamos o desactivarlas en los ajustes. Para obtener información adicional sobre el uso de las cookies, acceda a nuestra política de cookies