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Reempleo de grano: una declaración sencilla que contribuye al futuro del campo

La agricultura está cambiando. El clima es cada vez más extremo, las exigencias para producir más con menos se multiplican y, en este escenario, las semillas juegan un papel esencial. Cada vez son más los agricultores que apuestan por variedades adaptadas, resistentes y productivas. Lo que quizá no todos saben es que detrás de esas semillas hay años de trabajo, investigación y mejora vegetal. Y que el sistema que las hace posibles también necesita cierto equilibrio.

En ese marco se sitúa la declaración del reempleo de grano para siembra, un procedimiento legal que permite notificar el uso de grano cosechado en una campaña para sembrar en la siguiente, siempre que proceda de semilla certificada o de una siembra anterior declarada. En el caso de variedades protegidas —que son la mayoría—, también implica el pago de una retribución por su uso.

Una obligación sencilla, pero útil

Puede que, a primera vista, declarar el reempleo de grano parezca una carga más. Pero se trata de un trámite sencillo, que se puede realizar en minutos a través de la web www.reempleodegrano.com, o bien mediante los centros de acondicionamiento que colaboran con Geslive. El proceso permite regularizar de forma clara el uso del grano destinado a siembra y da tranquilidad frente a futuras inspecciones o solicitudes de documentación.

¿Qué significa declarar el reempleo de grano?

El proceso consiste en notificar que se va a utilizar parte del grano producido en una campaña como semilla para la siguiente. Esta práctica, común en muchas explotaciones, tiene implicaciones legales si se trata de variedades vegetales protegidas, como ocurre en buena parte de los cultivos de cereal actuales. En esos casos, el agricultor debe realizar una declaración y, salvo que se considere “pequeño agricultor”, abonar una retribución por el uso de esas variedades.

Esta obligación está recogida tanto en normativa europea como nacional, entre ellas el Reglamento CE 2100/94, la Ley 3/2000 de obtenciones vegetales o el Real Decreto 1709/1997 sobre acondicionamiento de grano para siembra.

¿Por qué hay que pagar?

Puede no parecer lógico tener que pagar por reutilizar un grano que se ha cosechado uno mismo. Sin embargo, detrás de cada variedad vegetal protegida hay años de investigación, ensayos en campo y trabajo por parte de obtentores e instituciones. Declarar el reempleo y abonar la retribución correspondiente es una forma de reconocer ese esfuerzo y de seguir alimentando la mejora genética, que beneficia al conjunto del sector.

En otras palabras: ese dinero no se pierde, se reinvierte en el propio campo, en forma de semillas más fuertes, más productivas y mejor adaptadas a las condiciones actuales.

Es comprensible que algunos agricultores se pregunten por qué deben pagar por algo que ellos mismos han sembrado y cosechado. Pero, en el fondo, esta retribución no es otra cosa que una forma de mantener vivo el sistema de mejora vegetal, del que luego se beneficia todo el sector. Gracias a esas aportaciones, hoy tenemos acceso a variedades que rinden más, aguantan mejor la sequía o resisten enfermedades que hace años arrasaban las parcelas.

Declarar el reempleo no es solo un requisito: es una manera práctica y directa de apoyar la innovación agraria.

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