Las cifras están ahí, y sin duda van a marcar el desarrollo de esta campaña, de la cual se sabe el principio, marcado por la escasez de aceite comparativamente hablando respecto a la campaña record pasada y de la media de las cuatro últimas campañas, y casi el final, pero es precisamente en el período intermedio donde se tendrán que tomar decisiones que, a toro pasado, podrán considerarse acertada o desacertada, según su resultado final respecto a las cotizaciones que finalmente puedan llegar los aceites de oliva vírgenes. En cualquier caso el aumento de los precios de venta en esta campaña con respecto a las tres anteriores no nos puede hacer olvidar que la renta la forma precio por cantidad vendida, y esta última como se ha dicho más arriba necesariamente va a ser menor por las disponibilidades reducidas en un 36% respecto al año pasado.
Aunque en la pasada campaña se realizaron dos operaciones de almacenamiento privado para retirar temporalmente aceites del mercado, su salida una vez cumplido el plazo para el que fueron retirados se ha completado en su totalidad.
No nos podemos olvidar tampoco de considerar las mínimas necesidades de enlace que se precisa mantener para que el circuito industrial se mantenga activo en el tránsito entre campaña y en el período que transcurre hasta que los primeros aceites de la nueva campaña se producen y están en disposición para ser envasados (decantación, envasado, distribución, etc).
En la actual campaña además de una baja producción de aceituna en el árbol debida a adversas condiciones climáticas soportadas, el rendimiento de ese fruto ha sido muy bajo (18,28%), aproximadamente 2,5 puntos por debajo de la media de los tres años anteriores.
Las cifras de campaña
Existencias iniciales de aceite de 692.000t, de ellas 179.000t en poder de envasadores y operadores, mientras que las almazaras contaban con 436.000t, incluidas las 71.000 alojadas en los almacenes del Patrimonio Comunal Olivarero.
La producción final cuando sean contabilizados los últimos restos de aceite de marzo será de unas 602-605.000t. El 64% de esta producción lo habrá hecho en instalaciones de cooperativas, mientras el 36% restante corresponde a aceite producido en almazaras industriales.
Los descensos de producción son generalizados en todas las áreas productivas, excepto Cataluña y Comunidad Valenciana, que elevan su producción en un 21% y un 29% respectivamente respecto a la campaña anterior que fue para ellas muy baja. En el computo general destacan los fuertes descensos en las principales zonas productoras españolas (Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura), de un 70% y un 56% para las dos últimas, mientras que en Andalucía las principales provincias productoras pinchaban, con descensos de hasta un 79% en Jaén, o un 57% en Córdoba y un 60% en Granada.
Las importaciones que hasta febrero suponían 40.000t, están siendo superiores a las registradas en las cuatro últimas campañas (+88%), pudiendo llegarse al final de campaña a una horquilla entre las 80-100.000t. A título anecdótico se han producido importaciones modestas de países como Argentina y Clile.
La exportación se desinfla respecto a las campañas anteriores, que concluyeron con un record de 875.500t en la campaña 2011/12, cae en los cinco primeros meses un 11,8% respecto a la media de las cuatro anteriores, un porcentaje que se va ajustando a medida que avanzamos en la actual campaña, es decir los porcentajes de descenso se van incrementando. La media mensual hasta este momento es de 53.400t, de seguirse esta proporción a lo largo de toda la campaña nos iríamos a 641.000t. Además se están produciendo algunos datos esperanzadores en las exportaciones en la medidas en que se están incrementando las ventas de aceites envasados en detrimento de los graneles. Nuestras exportaciones se canalizan en un 33% a Italia, un 35% a otros estados miembros de la UE y un 32% a países terceros o extracomunitarios.
El mercado interior, incluido pérdidas por refinado sufre una reducción de un 10,7% respecto a la media de cuatro campañas, cantidad creciente aunque amortiguándose el descenso a medida que pasan los meses.
Las existencias de 856.000t el 28 de febrero son un 42% inferiores a las de la campaña pasada, de ellas 614.000t permanecen en manos de las almazaras, dentro de ellas el 84,7% en instalaciones situadas en Andalucía, un 7,5% en Castilla La Mancha y un 2,8% en Extremadura.
A 28 de febrero han salido de almazaras 418.000t, lo que supone un 70% de la producción, o un 41% de los recursos (p+existencias inc), cantidad esta última que viene a coincidir con la media que le correspondería a los cinco meses de campaña transcurridos. En la provincia de Jaén a estas alturas de campaña las almazaras han sacado aceite por una cantidad superior a la producción, lo cual ha sido posible por los remanentes que se tenían de la campaña anterior. Aún así en Jaén las salidas suponen un 36% de la producción más las existencias iniciales.
A nivel autonómico las salidas en Andalucía suponen un 71% de la producción, mientras que en Castilla La Mancha es de un 70%, en Extremadura un 54% y en la Comunidad Valenciana un 65%.
En lo que llevamos de campaña oleícola (1 de octubre- 28 de febrero), las salidas de aceite envasado totalizan las 309.385 t, de ellas 218.735 t corresponden a los grandes grupos envasadores, mientras que las envasadoras asociadas a almazaras y pequeñas envasadoras suman 90.650 t.
Los envasadores y operadores del mercado oleícola cuentan con unas existencias de 189.197t al finalizar el mes de febrero, de ellas la mayoría (43,7%) es aceite de oliva virgen extra, seguido de aceite de oliva (39,8%), aceite de oliva (contiene …)con un 9,5%, y aceite de oliva refinado (7,1%).