Con estos datos quedarían a final de junio 415.022 toneladas de las cuales 251.521 estarían en manos de las almazaras y 162.179 en manos de las envasadoras (8.360 toneladas menos que el mes anterior). Haciendo cuentas con estas cantidades y viendo que sólo quedan 3 meses de campaña y realmente 3,5 meses hasta que comiencen a salir los nuevos aceites calculamos que, con unas salidas de 71.000 toneladas, tras esos 3,5 meses, las existencias en almazaras se irían a CERO y tan solo quedaría lo que almacenen los envasadores para su distribución. 

Con todo esto queremos decir que no tiene razón de ser el descenso que está teniendo el precio del aceite en origen al que estamos asistiendo desde mediados de junio. La única explicación es el nerviosismo entre los gestores de las almazaras que, con el objetivo de llegar vacíos, están poniendo a la venta aceites en un volumen para el que no existen compradores. 

La montaña rusa que anunciábamos desde el inicio de campaña se está produciendo, pero el repunte que augurábamos para esta fecha está tardando en aparecer y con los datos de salidas tiene que aparecer sí o sí, aunque por esta presión vendedora quizá tarde en llegar. Porque no es sólo la falta de existencias en España, sino que día a día van mermando las existencias en países productores con gran consumo como es el caso de Italia, en el que apenas hay existencias barajándose la cifra de 179.000 toneladas a final de junio incluyendo hasta el refinado y orujo, por lo que dado su consumo mensual van a tener que importar del orden de 140.000, de aquí a principio de la campaña siguiente. 

En estos tiempos de revuelo, el sector productor debe organizarse para no dar lugar a vaivenes que no hacen más que despistar a operadores, almazaras y consumidores.                                                    

Fuente: Asaja Málaga