ASAJA Alicante se suma hoy a la manifestación nacional del cereal en Madrid para denunciar la falta de rentabilidad del cultivo en la provincia, a pesar del ligero repunte previsto en la cosecha de este año. La organización alerta de que los precios de venta siguen por debajo de los costes de producción, lo que hace inviable la continuidad de muchas explotaciones cerealistas.
Después de tres campañas de sequía con una producción prácticamente nula, las lluvias de principios de 2025 han devuelto algo de esperanza al campo alicantino. Se prevé una cosecha de unas 8.000 toneladas, una cifra que contrasta con los años anteriores, pero que no basta para compensar la situación crítica del sector. Los principales obstáculos siguen siendo una fauna silvestre fuera de control, costes desorbitados y precios de venta que apenas cubren gastos.

“Hoy en día, cultivar una hectárea en buenas condiciones cuesta en torno a 670 euros, mientras que los beneficios brutos no llegan a 550. ¿Quién puede sobrellevar esto?”, denuncia Ricardo Ferri, representante del sectorial del cereal de ASAJA Alicante.
Para muchos agricultores, la única opción es reducir costes a costa del rendimiento, usando fertilizantes más baratos o renunciando a semillas de calidad. Otros, directamente, abandonan sus tierras, incapaces de sostener sus explotaciones año tras año.
Además de los problemas locales, el mercado europeo también juega en contra. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, las importaciones de trigo blando se han multiplicado por siete, provocando una fuerte distorsión en los precios y desplazando al cereal español en su propio mercado. A esto se suman los aranceles impuestos a los fertilizantes rusos, que han provocado un encarecimiento brutal: los abonos se han cuadruplicado, mientras que el agricultor no tiene poder alguno para influir en lo que compra o vende.
Por todo ello, ASAJA Alicante reclama medidas urgentes: ayudas directas a los productores ligadas a la compra de fertilizantes, eliminación de aranceles a estos insumos, control de las importaciones procedentes de terceros países y reducción de la presión fiscal que ahoga al sector. También exige actuar de forma efectiva contra la fauna salvaje, cuya gestión actual, delegada a las asociaciones de cazadores, resulta claramente insuficiente.
“No pedimos ayudas sin más”, subraya ASAJA. “Pedimos poder vivir de nuestro trabajo”. Por eso, hoy, junto a COAG y UPA, ASAJA se moviliza ante el Ministerio de Agricultura. La organización advierte: si el campo desaparece, dependeremos por completo de países terceros y de los especuladores. La soberanía alimentaria está en juego.
Fuente: ASAJA Alicante