Según los cálculos de ASAJA, en la provincia de León, esta propuesta representa una caída media anual de las ayudas directas, en términos corrientes, de 6,5 millones de euros. En términos constantes, teniendo en cuenta el efecto de la inflación, la caída de las ayudas se sitúa en una media anual, entre el 2021 y el 2027, de 17,4 millones de euros.
Las ayudas directas representan el 32% de la renta agraria de la provincia de León. Si en términos constantes la caída de estos ingresos es del 19,36%, su repercusión en la renta agraria es del 6,19% anual. Esta caída de renta agraria es más evidente en sectores que reciben mayores apoyos de la PAC, como cereales, vacuno, ovino o remolacha, y por el contrario menor en la ganadería intensiva, el viñedo, y las frutas y hortalizas.
ASAJA de León considera muy improbable poder compensar esta caída de la renta agraria debida a una menor aportación de fondos europeos por la vía de reducir los costes de producción –ya muy ajustados-, y más improbable todavía por la vía de vender más caros los productos. En un mundo globalizado hay que pensar que los precios de los alimentos se van a mantener en los próximos años, particularmente los precios en origen, obligando al agricultor a perder poder adquisitivo.
ASAJA de León considera que el debate de presupuestos es el más importante con relación a la política europea, relegando a un segundo lugar el debate en sí de la reforma de la PAC, cuyo borrador de textos legislativos se presentará próximamente. Las ayudas de la PAC son imprescindibles en una agricultura como la de la provincia de León, basada en producciones extensivas, donde debido a la climatología las alternativas de cultivo son francamente escasas.