El Real Decreto de aplicación de la PAC para los años 2021 y 2022 aprobado por el Gobierno central viene a regular el periodo transitorio anterior a la entrada en vigor de la gran reforma en 2023 y ya trae recortes de casi un 4% en este periodo en todas las ayudas directas desmintiendo, así, al ministro Planas, en sus declaraciones de que España mantendría los mismos fondos. El BOE lo ha dejado por mentiroso, pero no será este el mayor de los problemas para el campo granadino y para el campo andaluz. El mal llamado documento de transición parece conducirnos más bien a una tasa plana única que cambia todos los planteamientos acordados por el sector y va mucho más allá de lo que exige Bruselas en la convergencia de los derechos de pago base.
El primer paso ha sido disminuir de golpe los niveles de ayuda de cada agricultor y ganadero respecto de la media, casi un 80%, sin límites máximos a las reducciones, y el segundo apunta, tal y como nos tememos, a un cambio de modelo que primará la superficie sobre la producción, sin atender a la diversificación de los cultivos. No es difícil hacer esta conjetura, dado que la drástica reducción del número de regiones productivas que propone el Ministerio de Agricultura a partir de 2023 no se basa en criterios técnicos ni agronómicos y ni siquiera diferencia la agricultura productiva de la no productiva, lo que contribuirá a hundir las zonas más prósperas y no conseguiría revitalizar las ya deprimidas.
El daño ya está hecho y la ganadería, en especial los productores de vacuno de carne en extensivo, ganaderos de leche y los sectores de ovino y caprino, se lleva por el momento la peor parte, y de seguir por esta vía su situación acabará siendo ruinosa, al igual que la gran mayoría de nuestros agricultores y ganaderos que verán cómo irán mermando sus rentas si no se plantean otras alternativas al sistema que ya se ha puesto en marcha. No podíamos imaginarnos hace justo un año cuando estábamos en las calles reclamando justicia para nuestro sector por los bajos precios que estaríamos aún en peores condiciones.
Desde ASAJA GRANADA denunciamos el plan encubierto del ministro de Agricultura de aplicar una reforma anticipada y radical que daña el sistema productivo andaluz y consideramos necesario que se haga una convergencia mucho más progresiva y moderada y no se imponga finalmente la tasa plana única por hectárea que en nada beneficiará al fomento del empleo, ni al mantenimiento de las zonas rurales.
Fuente: Asaja Granada