A esto se suma el incumplimiento sistemático por parte de Marruecos de las cláusulas de contingentes, calendarios y precios de entrada, lo que ha sido reconocido por la propia Comisión Europea y por el Servicio de Aduanas. Ahora la suerte está echada. El pleno de la Eurocámara decide hoy (a partir de las 12.00 horas) la ratificación del Acuerdo UE-Marruecos todavía más lesivo que el actual para el sector agrícola español y andaluz, especialmente para las frutas y hortalizas, cultivos que aportan casi 14.000 millones, la tercera parte de toda la Producción Final Agraria de España, y generan 450.000 empleos directos. Se liberalizarían con el nuevo acuerdo todos los productos agroalimentarios a excepción de siete: tomate, pepino, fresa, clementina, ajo, calabacín y azúcar, liberalizados no obstante de forma encubierta dado que se amplían los contingentes y las fechas en las que se permite su importación, que vienen a coincidir con las fechas de recolección de nuestras producciones.
En el debate de ayer, previo a la votación, se comprobaron los argumentos para decantar la balanza a favor del SÍ, procedentes de países del norte, Bulgaria, Italia y Reino Unido, fundamentalmente, así como de los representantes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo y los argumentos a favor del NO, procedentes de los eurodiputados españoles (que en esta ocasión sí se han mostrado todos a una), los Verdes y grupos como Alianza Libre Europea y la Izquierda Unitaria Europea. La campaña a favor esgrime sobre todo razones políticas tales como el apoyo al proceso de democratización en Marruecos obviando que el acuerdo incluye territorios ocupados del Sáhara o beneficios sociales sobre la población marroquí, inexistentes dado que el capital y la producción agrícola del país alauita está en manos de grandes grupos con capital europeo y de la oligarquía local. La posición en contra se fundamenta en la situación de desventaja competitiva en que quedarán los productores europeos de frutas y hortalizas con todas sus derivaciones.
Desde ASAJA exponemos el decálogo de razones técnicas y profesionales para apoyar el NO al Acuerdo con Marruecos, que se espera sean suficientes para que la Eurocámara se oponga finalmente a su ratificación:
1. Incumplimiento sistemático de los Acuerdos anteriores y la pasividad de la Comisión. Esta denuncia planteada en innumerables ocasiones ha sido corroborada por la OLAF (Oficina de Lucha Contra el Fraude) que confirmó el fraude en su investigación número OF/2004/0105 relativa a “Posibles irregularidades en la importación en Francia de tomates de Marruecos”. La falta de control se hace extensiva incluso a las fronteras de España, donde se ha constatado que Marruecos no sólo no cumple con lo contingentado sino que además introduce producto por debajo del precio mínimo establecido.
2. Hundimiento de las exportaciones españolas y sustitución de la producción, provocado por el envío indiscriminado de producto marroquí. El cumplimiento exhaustivo del nuevo Acuerdo no modificaría la situación actual, porque de facto, ya se están exportando cifras muy superiores a las permitidas actualmente. Es sin lugar a dudas una consecuencia real y directa de la falta de controles.
3. Empleo de fitosanitarios prohibidos en la UE. El sector agrario reclama reciprocidad también en lo que respecta a la importación a la UE de productos agrícolas alejados de nuestros criterios de producción. No puede permitirse la entrada de productos en los que se han empleado fitosanitarios prohibidos en la UE pero aceptados en Marruecos. La falta de criterios comunes en lo que respecta al cumplimiento de condiciones y límites de residuos de productos fitosanitarios también supone un handicap para el sector productor europeo y español.
4. Competencia provocada por la propia Comisión Europea. La Unión Europea a través del programa de cooperación con Marruecos para el periodo 2011-2013, se ha comprometido a aportar al país magrebí más de 565 millones de euros en tres años. A estas cifras hay que sumar lo que la UE ya concedió en los últimos diez años a Marruecos, que suma 1.330 millones de euros en fondos de desarrollo. En 2010 la UE aprobó 70 millones de euros para el sector agrícola, específicamente para desarrollar el Plan Verde.
5. Los Acuerdos comerciales con Terceros Países deben estar adaptados a los costes de producción reales de las hortalizas europeas. Exigimos la adaptación de los precios de entrada a los costes de producción europeos, sólo así se puede evitar la actual situación de competencia desleal a la que los agricultores de frutas y hortalizas no pueden hacer frente.
6. Los beneficios sociales sobre la población marroquí son más que dudosos. El capital y la producción agrícola marroquí está en manos de grandes grupos con capital europeo y de la oligarquía marroquí. En concreto dos grandes empresas franco-marroquíes -Azura y Soprofel- y una de capital marroquí, Dominios Agrícolas, propiedad de la familia real alaui, controlan el 90% de la producción. Los supuestos beneficios sociales del Acuerdo son inexistentes, tal como hemos visto en los últimos años con el Acuerdo aún en vigor.
7. Este Acuerdo no establece cláusulas que obliguen a respetar los derechos laborales o sociales. En Marruecos se paga la hora de trabajo a 0,60 euros, pero los trabajadores no están sujetos a ningún tipo de convenio. ASAJA reclama la inclusión de cláusulas estrictas y basadas en la realidad sobre las condiciones laborales, sociales de los países con los que se firman Acuerdos comerciales.
8. Incidencia sobre el empleo agrario en España. De firmarse el Acuerdo en todo el país peligran más de 400.000 empleos directos e indirectos.
9. No existen estudios de carácter previo sobre el impacto en las producciones agrícolas europeas. Este nuevo Acuerdo se ha hecho a espaldas del sector, sin haber realizado ningún estudio serio y profundo sobre las repercusiones en el mercado europeo de frutas y hortalizas, y sobre todo no establece ningún tipo de medida de compensación o de incentivo a la mayor competitividad de las explotaciones hortofrutícolas afectadas.
10. Perjudica a un elevadísimo número de producciones, puesto que se abre la puerta a nuevos incumplimientos al incrementar la entrada a Europa de productos que hasta ahora contaban con “protección”, dado que el texto del nuevo Acuerdo supone una liberalización encubierta, puesto que se liberalizan todos los productos agroalimentarios a excepción de siete (tomate, pepino, fresa, clementina, ajo calabacín y azúcar), los únicos que en el Acuerdo se consideran sensibles y que pese a ello no se protegen, pues se amplían los contingentes y las fechas en las que se permite su importación, que viene a coincidir con las fechas de recolección de las producciones españolas.