El acuerdo adoptado fija unos rendimientos del 90% de producción de vino amparado y un 70% de transformación, así como el mantenimiento del stock en esta cosecha siempre y cuando no se libere como vino de mesa hasta el tercer año de vida, 2023. Además, ARAG-ASAJA ha conseguido aplazar el reparto de nuevas plantaciones hasta por lo menos el año 2022 e incluso realizar un ajuste de casi 400 hectáreas correspondientes a la bolsa ya existente.
La propuesta que la organización ha presentado tenía como objetivo “defender la rentabilidad de los viticultores, controlar el crecimiento de masa vegetal de la DOCA Rioja y mejorar la situación del sector del vino de Rioja actuando con responsabilidad”.
En este sentido, ARAG-ASAJA ha mostrado su satisfacción por haber conseguido alcanzar un acuerdo que es coherente con el escenario productivo, económico y de comercialización que afecta a la DOCA Rioja, y ha defendido que las normas aprobadas aportarán “estabilidad al sector y contribuirá a mantener la rentabilidad de los viticultores riojanos en la actual coyuntura de crisis por la COVID-19”.
Asimismo, ha valorado de forma muy positiva el liderazgo que ha mantenido con otras asociaciones en la negociación con una propuesta responsable y realista, con la que se ha logrado el máximo consenso. De lo contrario, añaden, las normas hubiesen sido más perjudiciales para los viticultores ya que el no acuerdo hubiese supuesto unos rendimientos de 100-70, sin stock y con un reparto de hasta 1.770 plantaciones para el próximo año.
Fuente: Asaja Rioja