No obstante la producción será igual o ligeramente superior a la cosecha del años pasado que fue de 41 millones de hectolitros, una de las perores cosecha de los últimos años. Una de las causas hay que buscarlas en las elevadas temperaturas que ha registrado el país en los últimos meses y el estrés hídrico que ha padecido el viñedo.
Los trabajos de vendimia comenzaron en las regiones más tempranas a mediados de agosto, como en Franciacorta con la Chardonnay. Las últimas variedades en ser recogidas deben ser la Aglianico y la Nebbiolo.