C. M. Basteiro/lne.es
La iglesia parroquial de Pola de Laviana se llenó para despedir a Armando Fernández Ordóñez «Mandi», el lavianés fallecido el pasado sábado tras recibir un impacto de bala en una cacería de corzos que se celebraba en Limanes, en Siero. Familiares, amigos y vecinos lo despidieron ayer con dolor durante el funeral.
Armando Fernández Ordóñez tenía 47 años de edad y, a la espera de que termine la investigación, todo apunta a que su muerte fue accidental. El suceso ocurrió el sábado, poco después de las diez de la mañana, durante una batida en la que participaban varios cazadores.
Según el relato de algunos vecinos, el suceso se produjo en un momento de gran ajetreo con numerosos disparos, uno de los cuales alcanzó en la cabeza al lavianés, que hacía labores de montero.
Prejubilado de Hunosa, divorciado y padre de un hijo, Armando Fernández Ordóñez era un hombre muy apreciado por sus vecinos de Laviana