Todos ellos se han detectado en explotaciones de bovino en las comarcas de Verín (Ourense); Ferrol, Pontedeume y Betanzos (A Coruña); Ramales y Corrales de Buelna (Cantabria); Torrecilla de Cameros, Nájera y San Román de Cameros (La Rioja); Ávila y Las Navas del Marqués (Ávila); Aranda de Duero y Valle de Mena (Burgos); Santa María la Real de Nieva y Carbonero el Mayor (Segovia); Arcos de Jalón y Burgo de Osma (Soria); Valladolid y Olmedo (Valladolid); Santibáñez de Vidríales, Tábara y Villalpando (Zamora); Graus (Huesca); Ejea de los Caballeros (Zaragoza); Utrera-Bajo Guadalquivir (Sevilla); Landete y Tarancón (Cuenca); Belvis de la Jara (Toledo); y Alta Ribagorça y Pallars Jussà (Lleida).
Según los datos disponibles hasta la fecha, se observa una mayor afectación clínica en animales mayores a 24 meses, machos, de razas no rústicas (por ejemplo: Limousine, Blonde d’Aquitaine y sus cruces) y en sistema de producción extensivo.
La localización de los nuevos focos implica modificaciones en la zona desde la que se restringe el movimiento directo para vida (no así para sacrificio) por EHE hacia otros Estados miembros de animales bovinos, ovinos y caprinos, de acuerdo con lo establecido en el Reglamento Delegado (UE) 2020/688 de la Comisión, de 17 de diciembre de 2019, manteniéndose restringidos los movimientos procedentes de explotaciones ubicadas en todo el territorio peninsular
No se establece ningún tipo de restricción con relación al movimiento o consumo de productos de estos animales (carne, leche, piel, etc.), ya que la EHE no es una enfermedad que afecte al ser humano.
Respecto a los movimientos nacionales, los animales y vehículos deben estar desinsectados para movimientos desde la zona afectada hacia zona libre, con ausencia de sintomatología en ganado bovino.