La agricultura europea está en un punto de inflexión. La necesidad de producir alimentos de manera sostenible, sin comprometer los rendimientos ni el medio ambiente, ha llevado a los principales actores del sector a buscar soluciones innovadoras. En este contexto, la IBMA (Asociación Internacional de Fabricantes de Productos de Control Biológico) y la COPA y COGECA han presentado su tercera hoja de ruta conjunta, un plan ambicioso para integrar el control biológico como pilar fundamental en la protección de cultivos.
¿Qué es el control biológico y por qué es importante?
El control biológico utiliza organismos vivos o sustancias naturales para combatir plagas y enfermedades en los cultivos. Estas herramientas, seguras y sostenibles, representan una alternativa eficaz a los productos fitosanitarios, cuya reducción es una prioridad en la Unión Europea. Según el eurodiputado Herbert Dorfmann, del Partido Popular Europeo, “los biocontroles son esenciales para el futuro del sector agrícola en Europa, pero necesitan un marco legislativo claro y condiciones favorables para su comercialización”.
Una hoja de ruta para el cambio
El documento presentado por la IBMA y la COPA y COGECA establece cinco acciones clave para impulsar el control biológico en la agricultura europea:
- Definición clara y armonizada: Crear una definición común de los productos fitosanitarios de control biológico en toda la UE.
- Procesos de aprobación eficientes: Reducir los tiempos de autorización, que actualmente pueden tardar hasta diez años.
- Reconocimiento mutuo: Priorizar y facilitar el acceso de estas soluciones en todos los países miembros.
- Fortalecimiento de recursos: Aumentar los conocimientos especializados y la formación en control biológico.
- Incentivos financieros: Apoyar a los agricultores con ayudas económicas para adoptar estas herramientas.
El papel de los agricultores
Para los agricultores, el control biológico no solo es una herramienta más, sino una oportunidad para mejorar la sostenibilidad de sus explotaciones. Joris Baecke, agricultor neerlandés y vicepresidente de ZLTO Netherlands, destacó que estas soluciones permiten enfrentar los retos de las plagas sin comprometer la competitividad ni la salud del medio ambiente.
Sin embargo, el acceso a estas herramientas sigue siendo un desafío. Según la eurodiputada Cristina Guarda, de los Verdes Europeos, “si queremos dejar de utilizar productos fitosanitarios, los agricultores deben tener acceso a alternativas seguras y eficaces. Esto requiere acelerar los procesos de aprobación y convertir el control biológico en una prioridad real”.
Un futuro prometedor
La hoja de ruta conjunta no solo busca beneficiar a los agricultores, sino también a los consumidores y al medio ambiente. Al fomentar la innovación, simplificar las normativas y apoyar financieramente a los productores, se espera que el control biológico se convierta en una práctica habitual en la agricultura europea.
Para los agricultores y ganaderos, esta iniciativa representa una oportunidad para liderar el cambio hacia una producción más sostenible, sin perder de vista la rentabilidad y la calidad de los alimentos. Como señaló el eurodiputado Benoît Cassart, “al acelerar la autorización y fomentar la inversión, podemos impulsar la competitividad y la resiliencia de la agricultura europea”.
El éxito de esta hoja de ruta dependerá de la colaboración entre agricultores, legisladores y la industria. La IBMA y la COPA y COGECA han dado el primer paso, pero ahora es el momento de que los agricultores se sumen a esta iniciativa. El control biológico no es solo una herramienta, es el camino hacia un futuro agrícola más sostenible y competitivo.
Fuente: Copa Cogeca