El COPA-COGECA advierte que la pandemia de COVID-19 podría acelerarse en los próximos meses en regiones del mundo como Estados Unidos, América latina y la India, lo que acarrearía consecuencias para el suministro de proteínas vegetales de la UE.
La elaboración de sub-productos ricos en proteínas, no procedentes de cultivos modificados genéticamente, está ligado a la producción de biocarburantes procedentes de materias primas de origen comunitario (UE) como la colza oleaginosa. Si a consecuencia de las medidas excepcionales (fundamentalmente cierre de la hostelería y restricciones en el transporte) la capacidad de almacenamiento de aceites vegetales se satura, la molturación se vería afectada.
Asimismo el COPA-COGECA entiende que, de no tomar medidas, la llegada masiva de etanol americano y brasileño al mercado interior de la Unión Europea supondría una amenaza para el sector europeo, y recuerda de nuevo que tanto la producción de etanol como la de biodiésel suministran subproductos ricos en proteínas al sector europeo de los piensos.
También hay que tener en cuenta que algunos países, como Rusia o Ucrania, han adoptado medidas temporales con el fin de limitar las exportaciones de cereales y oleaginosas, mientras que China ha retomado la compra de soja, colza oleaginosa (canola) y girasol procedentes de Estados Unidos, Canadá y Ucrania.
Debido a todas estas circunstancias el COPA-COGECA solicita a la Comisión que adopte las siguientes medidas:
Anular temporalmente y con efecto inmediato las restricciones relativas al uso de productos fitosanitarios en los cultivos fijadores de nitrógeno dentro de las superficies de interés ecológico. Esta medida permitiría estimular la producción interior de proteaginosas, soja, guisantes, haboncillos y altramuces más allá de las superficies por las que se reciben pagos acoplados voluntarios;
Aplicar de forma inmediata medidas de salvaguardia eficaces frente a las importaciones de etanol proveniente de Estados Unidos y de Brasil;
Rechazar las solicitudes de suspensión temporal de los aranceles sobre el etanol;
Mantener las medidas antidumping y antisubvenciones aplicables a las importaciones de biodiésel (B99) procedente de Estados Unidos;
No ceder a las presiones que buscan reducir la tasa de incorporación de biocombustibles sostenibles certificados procedentes de cultivos herbáceos de la Unión Europea, sin olvidar precisamente que la Unión aplica la normativa más estricta del mundo para poner coto al cambio indirecto en el uso de la tierra;
Instar a los Estados miembros a aplicar de forma inmediata el acto delegado a fin de reducir los biocombustibles ligados a un riesgo elevado de cambio indirecto del uso de la tierra.