En representación de España asisten las organizaciones agrarias (ASAJA, COAG y UPA), Cooperativas Agroalimentarias, y las organizaciones de la industria (FEV y AEVE).
En la reunión se ha puesto de manifiesto la grave situación que vive el sector y se demanda a las autoridades europeas medidas valientes y ambiciosas para garantizar la sostenibilidad de un producto que es motor económico y cultural en Europa. Están elaborando un documento de cara al grupo de alto nivel que comenzará su actividad en el mes de septiembre, recogiendo las soluciones a poner en marcha.
En representación de ASAJA participaron en la reunión el presidente de ASAJA Rioja, Eduardo Pérez, y José Ugarrio, técnico de la sectorial del vino. Desde ASAJA, Eduardo presentó a los participantes el punto "diálogo estratégico sobre el futuro de la Agricultura y prioridades sectoriales ante la próxima Comisión y el nuevo Parlamento Europeo", donde destacó que la PAC se oriente hacia el apoyo a la competitividad del sector, que cuente con instrumentos que permitan al sector vitivinícola adaptar su producción y productos a las orientaciones del mercado. Para ello debe contar con instrumentos que permitan la gestión de su oferta y garantizar el equilibrio del sector (medidas de gestión de crisis).
Las organizaciones vitivinícolas española, francesa e italiana pusieron de manifiesto las dificultades que nuestro sector está sufriendo en los últimos años y que le han llevado a una grave situación.
Se trata tanto de problemas coyunturales como estructurales que afectan al sector en todos sus eslabones y que tienen su origen en varios factores: la reducción del consumo a nivel internacional, la influencia de los movimientos antialcohol en las políticas públicas, el impacto del cambio climático o la sucesión de crisis económicas y sanitarias de los últimos años.
Más allá de las medidas económicas que son necesarias e importantes para garantizar la supervivencia y sostenibilidad de nuestro sector vitivinícola y de los cientos de miles de personas que de él viven, debemos adecuar las herramientas de que disponemos para hacer frente a los retos que se avecinan. En concreto, se llegó a la conclusión de reclamar a la UE las siguientes medidas:
Un presupuesto amplio, reforzado y flexible para apoyar la competitividad y los cambios del sector.
Herramientas dotadas de mecanismos flexibles y ágiles para gestionar la inestabilidad de mercados.
Un apoyo real en materia de política de promoción para recuperar a nuestros consumidores, implantando mejoras concretas en el acceso, la ejecución y la justificación de las medidas de promoción del vino con fondos europeos.
Medidas para responder a los desafíos del cambio climático tanto en la investigación para su prevención y adaptación del sector como en las ayudas por sus consecuencias en los viñedos.
Por ello, pedimos a los Estados miembros y a los eurodiputados recién elegidos que apoyen a nuestro sector europeo y que esté prioritariamente en su agenda.
Como próximos pasos, las organizaciones participantes van a trabajar en un documento conjunto que recoja todas las medidas y peticiones que reclaman para garantizar la sostenibilidad del sector en los tres países.
El vino es un producto económico importante y forma parte del patrimonio sociocultural de la Unión Europea. Nuestro sector necesita un fuerte apoyo para fortalecerse y reinventarse con una normativa realista y un calendario operativo que permita la aplicación de soluciones. Las asociaciones participantes en la reunión se han mostrado optimistas con el hecho de trabajar unidas para revertir la dura situación del sector y cuentan con la respuesta firme y el apoyo de las instituciones europeas.
La Unión Europea es el principal productor de vino del mundo, representando el 45% de la superficie de viñedo del mundo. Este sector de alto valor añadido es vital para muchas regiones rurales europeas, genera millones de puestos de trabajo y contribuye significativamente a la balanza comercial de la UE.