Hay tres grandes cifras que resumen grosso modo la situación del campo malagueño durante el año que dejamos atrás. Y las tres, haciendo algunas salvedades, demuestran que el campo, a pesar de haber vivido un año repleto de dificultades, resiste la crisis y arroja números positivos, fruto del esfuerzo de los agricultores y ganaderos por convertirse en verdaderos empresarios y devolver al sector primario a un lugar estratégico del que nunca debería haber salido.
Para Asaja Málaga, estos tres grandes pilares que reflejan el comportamiento de la economía del campo en el último año son la producción total agrícola, que en este ejercicio que se cierra es de 530,97 millones de euros, un 12,56% más que el año anterior; la producción total ganadera es de 182,47 millones de euros, un 18,72% más que en 2011; y la producción total agraria (suma de la agrícola y ganadera) es de 713,44 millones de euros, un 14,08% más que en el ejercicio anterior.
Estos números que han recopilado los técnicos de Asaja Málaga de manera minuciosa sector por sector demuestran que el campo malagueño saca músculo en tiempos muy difíciles, tiempos en los que, además de la coyuntura económica tan complicada que sacude a todos y cada uno de los sectores productivos, hay que añadir inclemencias meteorológicas muy caprichosas que han mermado en gran medida la productividad de algunos cultivos. La pertinaz sequía del año pasado ha hecho estragos en algunos sectores, mientras que las copiosas lluvias de finales de septiembre dejaron unos daños de más de 20 millones de euros en otros.
El olivar y el mango, producciones de récord
El aumento de la facturación final se ha conseguido sobre todo gracias a la diversidad de nuestras producciones. Málaga es como un pequeño continente agrario, en que el se encuentran producciones muy variadas y las ganancias de unas compensan las pérdidas de otras.
Por sectores, hay dos que este año destacan especialmente y que han hecho que la facturación arroje datos positivos. El olivar y el mango han tenido una producción récord.
Así, según los datos recogidos, los más de 22.000 olivareros que hay en Málaga han producido este año 94.581 toneladas de aceite, una cifra muy superior al anterior récord de producción, que tuvo lugar en 2010 con 77.000 toneladas. Así, en 2012, el olivar, con 123.000 hectáreas en la provincia, ha dejado 165,52 millones de euros, con un espectacular aumento del 82% con respecto al año anterior. Sin embargo, el caballo de batalla de este sector siguen siendo los precios. En 2011, la media ha sido de 1,75 euros/kg. No obstante, durante los últimos tres meses del año se ha observado una recuperación de los precios que esperemos que continúe a lo largo de este nuevo ejercicio y se aprecie en el balance del año que viene.
Hay que destacar el buen hacer de los olivareros de nuestra provincia que, después de años muy duros en los que el aceite no ha valido nada en el mercado, siguen invirtiendo en mejora de inversiones y técnicas de producción y recogida.
También la comarca de la Axarquía ofrece otra producción récord. Se trata del cultivo del mango, que en este año ha dejado un sabor agridulce entre los agricultores, dulce porque la producción ha sido extraordinaria en cantidad y calidad -16.000 toneladas- y algo amarga porque los precios han bajado con respecto a otros ejercicios por el exceso de fruta. En cualquier caso, ha facturado casi 13 millones de euros, un 33% más que el año pasado. El otro producto estrella de la Axarquía es el aguacate, que como árbol vecero que es, ha producido 10.000 toneladas menos que en 2011, situándose en 42.000 toneladas. La Axarquía se consolida un año más como referente europeo en el cultivo de los tropicales y en su posterior venta en los principales países europeos.
Huerta, cítricos, frutos secos y herbáceos
En cuanto a huerta malagueña, el comportamiento no ha sido el mismo en todos los productos. Si bien el tomate, a pesar de la dura competencia del tomate marroquí, ha conseguido subir su facturación pasando de 33,28 millones a 40,32 millones de euros en un año; otros productos como el pimiento, la judía verde y la alcachofa se han visto mermados por problemas con los precios y el calor. En el cómputo total, la facturación de hortalizas y tubérculos en 2012 ha sido de 188,13 millones mientras que en año pasado fue de 192,55 millones de euros.
En la zona del Guadalhorce de Málaga, hay más de tres mil familias que viven de los cítricos y que han atravesado un año duro, sobre todo desde las torrenciales lluvias del pasado 28 de septiembre que supusieron unas pérdidas humanas irreparables y numerosos daños materiales.
En cuanto a los cultivos de esta zona, recordar que hay cerca de 10.000 hectáreas dedicadas al cultivo de cítricos en su mayoría. El limón, con 4.132 hectáreas, ha sido el único producto de esta comarca que ha crecido este año, de hecho ha supuesto un incremento del 98%, pasando de 11,48 a 22,72 millones de euros facturados.
El viñedo sufre una ligera caída y el comportamiento de los frutos secos también ha sido desigual. Si bien la almendra se recupera de las heladas y lluvias de 2010 y sube un 67%, la castaña sufre una estrepitosa caída del 50% y las 4.600 hectáreas del Valle del Genal apenas logran facturar este año 2 millones de euros. En la Serranía de Ronda también cae de forma importante el corcho, que pasa de una producción de 4.000 toneladas en 2011 a una de 1.100 en este ejercicio. La falta de agua vuelve a ser la culpable de estas caídas.
Los cultivos herbáceos, con 65.000 hectáreas en Málaga, son uno de los más perjudicados por la sequía que vivió la provincia el pasado año, con una caída del 35%. Si en 2011 facturó 28,89 millones de euros, este año a duras penas llega a los 20 millones de euros. El agricultor ha sufrido graves pérdidas económicas porque ha soportado todos los costes de producción para recoger finalmente muchos menos kilos de los esperados. Tanto es así que a final de campaña muchos de ellos decidieron dejar de cosechar al ser los costes de recolección mayores que los del propio producto.
El porcino y la avicultura salvan la ganadería
La ganadería malagueña no consigue remontar a pesar de que este año su facturación ha aumentado un 18,72% con respecto al año anterior y este 2012 se sitúa en 182,47 millones de euros. Estas cifras vistas de manera aisladas pueden conducir a engaño y ofrecer una visión optimista de un sector que realmente lleva años sufriendo una decadencia importante.
La explicación del aumento de la facturación es sencilla: por primera vez en mucho tiempo los precios de la ganadería se han recuperado un poco, pero resulta que los costes de producción han sufrido también un incremento tan grande que la rentabilidad en la mayoría de los casos sigue siendo nula. Así, por ejemplo, la soja, ingrediente que se utiliza en muchos piensos para aportar proteína a los piensos, ha pasado de 24 a 57 céntimos de euros el kilo. Y el trigo para pienso, de 15-18 céntimos a 24 céntimos de euros por kilo. Así los vaqueros de Málaga se han quedado como un testimonio residual en nuestra provincia y casi el ibérico, que también ha caído a favor del porcino blanco, que bate récord de facturación de los últimos años con 51,45 millones de euros.
También es llamativo el incremento de la avicultura en nuestra provincia, ya que los huevos han sufrido un incremento del precio del 74,3%.
Retos para 2013
El año 2012 cierra con cifras positivas a pesar de que inició su curso con una pésima noticia: la muerte de D. Javier Ciézar, figura clave del campo andaluz durante décadas y presidente de Asaja Málaga desde 1993, al que hoy quiere recordar todo su equipo técnico una vez más.
Y como cada año que se cierra lleva aparejado un periodo de retos futuros, Asaja Málaga confía en que el año 2013 continúe con una línea ascendente real, en la que la facturación de los productos conlleve una rentabilidad en las producciones. Es preciso que los productos recuperen su valor y que definitivamente se apruebe una ley de cadena alimentaria que regule los precios y evite abusos.
Necesitamos también que las autoridades defiendan nuestros productos dentro y fuera de España, que nos aseguren un presupuesto suficiente para que la PAC de los próximos años fortalezca nuestro sector agrario y poder seguir competiendo con terceros países, en igualdad de condiciones y no como ocurre en la actualidad.
Necesitamos también más vigilancia en nuestros campos y sobre todo en los puestos de compras ilegales para evitar la oleada de asaltos que padecen nuestros agricultores desde que comenzó la crisis.