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Dacian Ciolos en el 5º Fórum sobre el Futuro de la Agricultura

Reconciliar las expectativas de los mercados y la sociedad: apertura de un nuevo camino para Europa y sus agricultores

5º Fórum del Futuro de la Agricultura,

27 de marzo de 2012

Gracias por invitarme a este debate abierto sobre el futuro de la Política Agraria Común.

Como saben las propuestas de la reforma de la PAC se presentaron en octubre. Las discusiones están avanzadas a nivel técnico, en especial por el efectivo trabajo de la Presidencia danesa y los ponentes del Parlamento Europeo.

La mayoría de ustedes conocen los detalles de la reforma que seguirán debatiéndose en los próximos meses. Por lo que hoy, propongo situar esta reforma en una perspectiva histórica – para acentuar su principal dinámica. Esto nos capacitará a mirar hacia el futuro, para ver las directrices de la reforma a medio y largo plazo.

Los agricultores necesitan una línea clara para los próximos años. Necesitan una línea clara a nivel político, con una reforma que muestre el camino. No debemos vender ilusiones ideológicas. Por el contrario, debemos ofrecer instrumentos sobre los que seamos capaces de llegar a un consenso entre los 27 Estados miembros. Debemos encontrar instrumentos que puedan ser efectivos, teniendo en cuenta la realidad y los desafíos actuales.

Los agricultores necesitan una clara línea a nivel presupuestario. No voy a profundizar en este punto, incluso cuando es fundamental. Sin embargo, deseo enfatizar que la Comisión Europea ha asumido sus responsabilidades. Ha llevado a cabo una propuesta presupuestaria que es a la vez realista y coherente para la Política Agraria Común. Los Estados miembros y el Parlamento Europeo deben al menos corroborar nuestro planteamiento para que la reforma pueda aplicarse.

¿Cuáles fueron las fuerzas motrices tras las anteriores reformas? Son bien conocidas, pero necesitamos recordarlas de vez en cuando.

·      . Por un lado, problemas concretos relativos a ciertos mecanismos de la PAC que llevaron a un excesivo gasto presupuestario.

·  . Por otro lado, la presión externa relacionada principalmente con el deseo de la Unión Europea de progresar en las negociaciones con la OMC. En este último punto, la estrategia todavía no ha dado sus frutos, al menos en las negociaciones multilaterales.

Los últimos 20 años han estado marcados por una retirada gradual de las autoridades públicas. Hemos renunciado a muchas de nuestras opciones de intervención en nuestros mercados, en un contexto económico y financiero que impulsó la abolición de medidas ineficaces. Esto ha abierto el camino a una agricultura de alto rendimiento.

Pero se ha encontrado que no hemos introducido mecanismos alternativos. Con las redes de seguridad tenemos trazos de las viejas herramientas, pero no herramientas reales para actuar con anticipación y que den a los agricultores los medios con los que enfrentarse a las cada vez más numerosas crisis.

Además, hemos dejado una impresión de desconexión, pero sin hacer la PAC más fácil de entender – sino al contrario.

Esto crea dos problemas:

·         El primero es el significado de la PAC y sus instrumentos fuera de un círculo muy restringido de expertos. La PAC ha de ser entendida por los ciudadanos y contribuyentes. No sé si ya han intentado explicar los principios del desacoplamiento o los derechos históricos a alguien que se ha iniciado en la PAC. Es una ardua tarea. Cuando hablamos de desacoplamiento estamos abordando el pasado. No miramos hacia el futuro. No estamos encarando los importantes desafíos a los que se enfrenta la agricultura.

·                 El segundo problema es el de las posibilidades de acción. Como he dicho, hemos eliminado una cierta visión de la adaptada gestión de mercado. Esto tenía que hacerse. Pero sólo hemos llegado a mitad de camino. De alguna manera hoy la PAC empuja a los agricultores a correr contra reloj. Les empuja a vivir y actuar a corto plazo. Esto hace muy difícil definir estrategias a largo plazo. La naturaleza específica de los diferentes sectores agrícolas está haciéndose sentir más y más en los mercados y en las regiones. No sólo debemos garantizar la seguridad alimentaria, debemos también responder a las demandas más acuciantes de la sociedad. Estas presiones están oprimiendo a los agricultores que son muchos menos en cantidad y que cada vez están más preocupados por sus ingresos. Seamos honestos, ahora estamos jugando al papel de bomberos, a menudo si una manguera. Con la actual política agraria, somos bomberos trabajando con una regadera.

Necesitamos restaurar el significado, el sentido de la PAC. Eso es lo que queremos hacer con la reforma.

Debemos replantearnos el papel de las autoridades públicas, hacer coherentes otra vez nuestros instrumentos, particularmente las ayudas directas, y revisar la posición de los profesionales, particularmente en lo que se refiere a la gestión de mercado. Los profesionales deben tener los medios para hacer frente a la sostenibilidad  de los mercados.

La idea es no ir hacia tras. Al contrario, es ir hacia delante con una nueva visión del papel de la agricultura en la sociedad y el papel de esta importante política pública al servicio de todos los europeos.

Antes de exponer mi visión del futuro, permítanme decir unas pocas palabras sobre los desafíos a los que el sector se enfrenta. Estos desafíos significan que, más que nunca, necesitamos una fuerte política agraria.

La PAC debe tener en cuenta la manera en que el mundo ha cambiado en los últimos años. Una vez más, la PAC necesita ayudar a la agricultura europea a arbitrar el cambio.

Europa ha cambiado. Se ha ampliado. Ahora tiene que tratar con una amplia gama de situaciones y temas que afectan al desarrollo y restructuración de sus comunidades agrícolas.

La actividad profesional de los agricultores les expone a las fuerzas del mercado en los precios que reciben por lo que producen. Están sujetos al escrutinio público en lo que respecta a la seguridad alimentaria y a cómo manejan los recursos naturales ya que son bienes públicos.

En el futuro no se podrá evaluar y regular la agricultura europea principalmente sobre las bases de instrumentos generales, como los pagos por superficie directos.

El enfoque sectorial (para la leche, frutas y verduras, etc.) dejará de ser efectivo si sigue rígido y excesivamente centralizado. Necesitamos una intersectorial y enfoques regionales dentro de una política agraria coherente. Para seguir siendo una política común, La PAC debe responder a las necesidades tanto de los sectores como de las regiones.

El apoyo financiero a la agricultura debe proporcionar a los agricultores el incentivo para producir bienes públicos. El objetivo, en cambio, es evitar una situación donde se les abandone a los caprichos insuperables del mercado y de la naturaleza.

El estado no puede superar dichos desafíos controlando todo, ni mediante medidas apropiadas a corto plazo o reacciones posteriores. Tenemos que formular un nuevo enfoque.

La Comisión está dando un primer paso con esta reforma. Y seguiremos adelante con las reformas de las sectoriales que están en tramitación.

El nuevo enfoque implicara un nuevo papel para “Bruselas”. Ya no es en una oficina de aquí en Bruselas donde debemos decidir cuantas toneladas de este o ese producto deberían ponerse en el mercado o exportarse.

Dichos instrumentos son demasiado inflexibles. No pueden ajustarse a un entorno en constante cambio. Solo llevan a los agricultores al error de pensar que podemos parar el tiempo.

Debemos permitir a los operadores más influencia para regular su propia actividad, Actualmente, no tienen los medios para hacerlo. Esto significa que debemos revisar como se organizan los sectores, considerar el papel de las asociaciones profesionales e interprofesionales cuando se trata de instrumentos de mercado y proporcionales una genuina raison d’être.

Debemos también echar una mirada a nuestras normas de competitividad para que puedan aplicarse en la práctica. La agricultura no es sólo otro sector entre muchos. Está muy fragmentada. Esta fragmentación es un punto fuerte, pero también una fuente de fragilidad. Cualquier gran negocio decide por sí mismo si aumentar o reducir la producción. Por lo mismo, debemos proporcionar a los operadores de mercado, de manera colectiva, los medios que eviten chocarse contra un muro.

El trabajo que está a punto de concluir el Fórum de la Cadena de Suministro Alimentario podría darnos algunas indicaciones acerca de lo que aún queda por hacer en esta área.

Las autoridades han de estar en una posición de ofrecer instrumentos legales y gestionar aquellos instrumentos para asegurar que se someten a buen uso. Deben poder poner en marcha mecanismos de seguridad efectivos que sean menos costosos que en el pasado. Esta es la esencia de la actual reforma de la PAC.

La agricultura europea necesita ser activada para realizar su principal función de producir alimentos. Al mismo tiempo que no debe olvidar sus otros servicios a la sociedad – la gestión de los recursos naturales y el desarrollo económico de las comunidades rurales.

Esto es lo que estamos proponiendo con la “caja de herramientas” para gestionar los mercados y organizar los sectores. Esto es lo que propusimos con el “verdeo” de la PAC, que es también una especie de mecanismo de seguridad medioambiental para evitar el exceso y la destrucción irreversible.

Corresponde a las autoridades públicas reconciliar las expectativas opuestas de los mercados por un lado y la sociedad por otro. Es nuestra función lograr el equilibrio entre lo que es viable y lo que es aceptable.

Las propuestas de la Comisión Europea sirven para poner en marcha el proceso del cambio. Soy muy consciente de que es sólo un primer paso. Nos espera mucha más tarea a lo largo y después de esta reforma.

Es crucial que los agricultores tengan un control real sobre su propio futuro. Los agricultores deben estar a cargo de las decisiones que toman – dentro de un marco público que asegure la seguridad alimentaria, la adecuada gestión de los recursos naturales y el crecimiento, el empleo y el desarrollo de nuestras comunidades rurales.

 

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