La PAC no es una reliquia del pasado, sino el pilar del sistema agroalimentario europeo que garantiza alimentos sanos y sostenibles a más de 400 millones de personas. La propuesta de integrarla en un fondo sin garantías ni presupuesto claro supone una amenaza directa al futuro del campo y al modelo europeo.
Sin presupuesto no hay PAC, sin PAC no hay agricultores, y sin agricultores no hay seguridad. Las inversiones se demoran mientras se acumulan exigencias. Se habla de autonomía y transición justa, pero se deja al campo sin apoyo real.
Esta semana, el campo europeo se ha movilizado en 20 países para exigir a la Comisión una respuesta contundente. El mensaje es claro: necesitamos una PAC fuerte, común y bien financiada para asegurar sostenibilidad, cohesión y seguridad.