La excepcionalmente baja producción de aceite de esta campaña oleícola (aprox 602.000t) está condicionando el desarrollo de la misma, así por ejemplo, con respecto a la anterior que fue la cosecha record de todos los tiempos se están resintiendo las exportaciones y el mercado interior. En esta situación productores de aceite de oliva y la industria aceitera están inmersos en una batalla de nervios, para la cual los industriales están jugando con sus bazas de la importación, y forzando el nerviosismo de aquellos productores que tienen necesidad de vender para acudir a compromisos de pago. La producción por su parte está realizando una venta escalonada de sus aceites, sin prisa si no hay apremios de otro tipo. Todo el mundo sabe que ante un descenso de la disponibilidad de aceite en más de setecientas mil toneladas (-36%) al final de la época de recolección, aunque las importaciones crezcan de forma considerable, las cantidades finales de exportación y consumo interno se tendrán que ajustar a la nueva circunstancia, lo más probable vía precio.