La lucha contra el desperdicio de alimentos ofrece un triple beneficio: ahorra alimentos para el consumo humano, contribuyendo así a la seguridad alimentaria, ayuda a las empresas y a los consumidores a ahorrar dinero, y reduce el impacto medioambiental de la producción y el consumo de alimentos.
Con el fin de acelerar el progreso de la UE hacia la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Comisión propone establecer objetivos jurídicamente vinculantes de reducción del desperdicio de alimentos que deben alcanzar los Estados miembros de aquí a 2030, como parte de la revisión de la Directiva marco sobre residuos adoptada por la Comisión el 5 de julio de 2023.
Los resultados del primer seguimiento a escala de la UE de los niveles de desperdicio de alimentos llevado a cabo en 2020 servirán de referencia para evaluar los avances hacia los objetivos.
Más concretamente, los Estados miembros deben adoptar las medidas necesarias para reducir el desperdicio de alimentos de aquí a finales de 2030: en un 10%, en transformación y fabricación, en un 30% (per cápita), conjuntamente en el comercio minorista y el consumo (restaurantes, servicios de alimentación y hogares).
La propuesta legislativa, que modifica la Directiva marco sobre residuos, prevé una revisión formal de los progresos realizados por los Estados miembros para finales de 2027., se someterá ahora a negociación con el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea con vistas a su adopción por los colegisladores con arreglo al procedimiento legislativo ordinario .
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