-La facturación agraria cae un 8,27% con respecto al ejercicio anterior, lo que supone una pérdida de 56,44 millones de euros
-El aguacate y los cultivos herbáceos salvan el año mientras que el olivar, los cítricos y los productos afectados por la E. Coli se derrumban
-En ganadería, le leche de vacuno y el sector del porcino ibérico se hunden de forma estrepitosa
-Asaja Málaga pide al nuevo ministro de Agricultura que hoy se nombre una regulación URGENTE de la cadena de valor para hacer frente a la crisis de precios que padece el campo
Málaga, 21 de diciembre de 2011. El campo malagueño vuelve a arrojar unas cifras que evidencian la necesidad de un cambio de rumbo urgente y radical si queremos seguir disponiendo de una despensa autóctona variada y de calidad.
Este año, especialmente, el campo malagueño ha notado la falta de una presencia firme en Bruselas que haya defendido con autoridad sus intereses. Las declaraciones gratuitas de una senadora alemana hablando de pepinos españoles asesinos han demostrado la vulnerabilidad de nuestros agricultores, cuya profesionalidad quedó en entredicho durante demasiados días por culpa de unos análisis que tardaron demasiado tiempo en llegar. Nuestros agricultores demostraron que habían hecho bien su trabajo, que la bacteria no tenía nada que ver con nuestras explotaciones, pero el daño, tal y como queda reflejado en nuestro balance, está hecho.
Y qué decir del aceite. Málaga produce un aceite de gran calidad, pero alguien está permitiendo que los olivareros –españoles en general y malagueños en particular, se vean obligados a vender por debajo del precio del coste de producción. Después de mucho pedir el almacenamiento privado para intentar conseguir un repunte de los precios, Bruselas lo autorizó cuando ya era demasiado tarde y sus efectos apenas se han notado.
Y si hablamos de tomate, qué decir del acuerdo con Marruecos que está arruinando a los agricultores malagueños, porque entran por nuestras fronteras cantidades ingentes de productos que incumplen con descaro los cupos autorizados.
La realidad demuestra que los agricultores necesitan un Gobierno fuerte que defienda sus intereses. De nada sirve labrar la tierra con esmero, cumplir con unas exigencias medioambientales y sanitarias que rozan lo abusivo y someterse a una burocracia desmedida si este esfuerzo no se ve recompensado en una cuenta de resultados favorable.
Por todos estos motivos, Asaja Málaga pide al nuevo ministro de AGRICULTURA que hoy se nombra que regule la cadena de precios para que de una vez por todas, todos los eslabones de la cadena resulten beneficiados y se acabe con los abusos de la distribución que mantiene en jaque tanto a los productores – a los que paga precios irrisorios por sus productos- y a los consumidores, que ven como los precios se multiplican de forma exponencial en los lineales de los supermercados.
La facturación agraria malagueña cae un 8%
La realidad descrita en las líneas anteriores traducida en cifras demuestra lo inevitable: la facturación total agrícola en 2011 ha sido de 471,7 millones de euros, un 12% menos que al año anterior. La facturación total ganadera ha experimentado un pequeño repunte –la otra opción era desaparecer- con una facturación de 153,7 millones de euros, un 4,9% más que el año pasado. Y la facturación total agraria (agrícola + ganadera) ha sido de 625,4 millones de euros, es decir, 56,4 millones de euros menos que el año pasado, lo que supone un caída general del sector del 8,27%.
Por sectores agrícolas, podemos hablar de absoluto desastre en olivar, frutas y hortalizas y cítricos. El olivar ha descendido su facturación la friolera de un 28%, pasando de 152,4 millones en 2010 a 109,8 en 2011. Se pierden 43 millones de euros porque los precios no remontan ni con el almacenamiento privado.
En cuanto a frutas y hortalizas, el desastre hay que achacarlo, principalmente, a la crisis de la E. Coli, que ha hecho que se pierdan más de 37 millones de euros. Otro caso flagrante es el del tomate, condenado a desaparecer si no se frenan los acuerdos con Marruecos. De más de cien millones de facturación se ha pasado a 33 millones de euros.
Y de ruinoso se puede calificar el año para el sector de los cítricos. Con precios absolutamente tirados por el suelo, el limón malagueño pasa de facturar 23 millones a 11,4 millones de euros.
El aguacate vuelve a ser un año más la tabla de salvación de la agricultura malagueña, un producto estrella que este año ha tenido una producción récord -52.000 toneladas frente a las 40.000 del año pasado- gracias, fundamentalmente, a las lluvias de los dos últimos años. Esto ha supuesto que la facturación total aumente hasta los 65 millones de euros, 15 millones más que en 2010.
Otro repunte llamativo lo encontramos en los cultivos herbáceos, que han experimentado un espectacular crecimiento del 72%. Ha facturado 45,6 millones de euros, 19,2 millones más que en 2010 porque la producción también se ha visto gratamente beneficiada por las lluvias del año pasado.
Pequeño repunte de la ganadería
En cuanto a la ganadería malagueña, los datos no son mucho más halagüeños. Se observa un pequeño repunte del 4,9%, pero este dato puede llevar a engaño: la comparativa se hace con un año especialmente malo, al que la ganadería sólo le quedaba levantar cabeza o desaparecer.
Aún así, hay dos sectores que está prácticamente condenados a la desaparición: la leche de vacuno y el porcino ibérico. La leche de vacuno ha pasado de facturar 12 millones de euros en 2002 a los 2,8 millones de euros del año 2011. Y el porcino ibérico se está quedando como una explotación residual en Málaga, que apenas factura un millón y medio de euros.
La debacle de la ganadería se debe a la conjunción de dos factores: los bajos precios que los ganaderos reciben por sus productos y los altos costes que pagan por los piensos. La rentabilidad de las explotaciones es cada vez menor, con precios de hace más de diez años y unos disparatados costes de producción.