Las iniciativas y acciones emprendidas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ante la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) han fructificado finalmente en la decisión adoptada por el citado organismo de incluir el grave problema del rajado de los frutos, que está arruinando la actual campaña citrícola, en la cobertura del seguro agrario. Los daños ocasionados por esta fisiopatía sólo están cubiertos para aquellos agricultores que hayan contratado los módulos 1, 2 ó 3.
El rajado es un fenómeno que resquebraja la piel de los cítricos hasta casi partirlos por la mitad, de tal manera que la cosecha afectada queda absolutamente inservible para su comercialización. En la presente temporada se ha extendido a lo largo y ancho de la citricultura valenciana con una virulencia y amplitud sin precedentes. Las naranjas son, con diferencia, el producto más castigado, si bien el problema está afectando igualmente a mandarinas tardías como la Ortanique. Las pérdidas provocadas por el rajado, junto a la incidencia de otras fisiopatías como la ‘clareta’ (aparición de bultos en la piel), los calibres menudos y la caída de cosecha, ya superan los 100 millones de euros sólo en la Comunidad Valenciana.
Las primeras peritaciones dispararon las alarmas en el sector, puesto que los daños derivados del rajado no estaban siendo considerados como siniestros por adversidades climáticas y, por tanto, no podían ser objeto de indemnización. El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, trasladó ayer mismo el problema al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. Por su parte, el departamento de seguros agrarios de esta organización agraria venía realizando una serie de gestiones que han propiciado que Agroseguro acceda a cubrir el rajado al reconocer que se trata, efectivamente, de un problema ocasionado por las adversidades climáticas y que, en consecuencia, debe contar con la correspondiente cobertura aseguradora.
El presidente de AVA-ASAJA señala que “si los agricultores hemos regado, abonado y realizado los tratamientos como siempre, y el rajado se ha extendido este año, es evidente que las causas de este desastre son de origen climático y hay que buscarlas en las altas temperaturas, la falta de lluvias y el viento seco”. Aguado valora en términos muy positivos “la sensibilidad que tanto Agroseguro como el propio Ministerio de Agricultura han demostrado en este tema a la hora de incluir el rajado en la cobertura de los seguros”.