Por ello, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, denuncia “la impasibilidad, el desdén y el absoluto desprecio que está mostrando la Unión Europea hacia el sector agrario y el hortofrutícola en particular al mantener, por decisiones estrictamente políticas y ajenas a la agricultura, un enfrentamiento con Rusia que a los tres años de vigencia ya alcanza pérdidas por valor de 2.000 millones de euros sólo en frutas y hortalizas a nivel nacional. Todos los representantes del campo valenciano, español y europeo están en contra de esta confrontación que, maquillajes y florituras económicas aparte, no está sirviendo de nada más que para perjudicar los intereses agrarios”.
La organización agraria recuerda que la Política Agrícola Común (PAC) destina numerosas ayudas a los cultivos y ganaderías continentales, mientras que deja la agricultura mediterránea a expensas de los mercados, ya que las subvenciones o son testimoniales o directamente no existen. En ese sentido, Aguado lamenta que “las políticas europeas nos recorten además, con el veto ruso, las posibilidades de acceder a mercados tan necesarios y contrastados como el moscovita”.
“Si la UE busca desencuentros con terceros países –prosigue Aguado– primero debería preocuparse por compensar debidamente a los sectores que puedan verse afectados, y eso con el veto ruso no está ocurriendo. Desde el bloqueo comercial los políticos no han perdido ni un euro de sus sueldos y no han sufrido las consecuencias, cuando deberían ser los únicos en pagar los platos que ellos mismos han roto. Los agricultores y ganaderos no han votado a los políticos para hacer estos desmanes sin consultarles antes ni compensarles después. Este comportamiento insensible de las élites políticas comunitarias, desconectadas de la realidad cotidiana, mueve a cada vez más ciudadanos a replantearse el proyecto europeo y a entender porqué crece el euroescepticismo”.