UAGN convoca una movilización el próximo 19 de febrero, para denunciar la grave situación de falta de rentabilidad que atraviesan las explotaciones. Los agricultores no pueden más, los bajos precios en origen afectan cada vez a más cultivos y los costes producción se disparan (aún más con la subida del SMI); la renta agraria cae un 9% y a esto debemos añadir las dificultades para exportar (aranceles americanos, el Brexit, el veto ruso…) y el temido recorte de las ayudas comunitarias que planean desde Bruselas. En este contexto, se reclaman medidas de apoyo que vengan a paliar los graves perjuicios que están sufriendo. Nos preocupan los desequilibrios que aún persisten entre los distintos eslabones de la cadena en la conformación de los precios y la falta de rentabilidad que sufren las explotaciones.
“Basta ya, no podemos tolerar esta situación, estamos en un momento crítico y debemos movilizarnos todos, es necesario el impulso y el apoyo de todos. Las Administraciones deben tomar conciencia de la gravedad del problema y se deben poner en marcha verdaderas políticas de apoyo a un sector estratégico de nuestra economía, que además contribuye de forma esencial al mantenimiento del medio rural y el espacio natural.”, manifiesta Félix Bariáin, presidente de UAGN. “En un momento en que tanto se habla del reto climático, del despoblamiento y de la necesaria vertebración del medio rural, es necesario, más que nunca que se nos oiga”, afirma Bariáin: “Deben tener en cuenta al sector agrario, porque sin él no será posible acometer los retos que la sociedad demanda”.
Desde UAGN queremos hacer un llamamiento para que se adhieran a esta manifestación tanto a las administraciones públicas como al conjunto de la sociedad, ayuntamientos, concejos, entes económicos, entidades locales… para afrontar un esfuerzo conjunto para fomentar el desarrollo rural: la actividad agrícola ganadera como pilares estratégico en la lucha contra el despoblamiento.
Tanto la agricultura como la ganadería cumplen una doble función social y territorial con su contribución al equilibrio territorial, el mantenimiento y dinamismo de las comunidades rurales, la protección del patrimonio cultural y la mejora de la calidad de vida de toda la población rural. Las funciones medioambientales de la agricultura y ganadería, su contribución al equilibrio territorial, preservación de la biodiversidad, generación de riqueza y mano de obra requieren implicación política y apoyo público.
La explotación familiar agraria y la cooperativa desarrollan un papel esencial en su función de gestión del territorio, potenciando la actividad sostenible en el ámbito rural y ejerciendo su función productiva, ambiental y territorial; en el desarrollo de una agricultura multifuncional. El mantenimiento de la actividad agraria tradicional es un requisito esencial para el equilibrio del medio ambiente y la gestión del territorio, tanto más en zonas desfavorecidas y de montaña, lugares donde el despoblamiento es cada vez mayor.
