ASAJA Granada ha presentado, dentro del plazo establecido que finalizó el 3 de octubre, sus alegaciones al borrador preliminar del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de la Sierra de la Sagra, promovido por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. La organización comparte los objetivos de conservación del medio natural, pero considera que el texto sometido a información pública impone un marco de restricciones excesivo y desproporcionado sobre la actividad agroganadera, base económica, social y cultural de la comarca de Huéscar y La Puebla de Don Fadrique. Esta posición en contra del proyecto se mantiene desde 2021, cuando se inició el procedimiento administrativo.
El espacio, con unas 46.000 hectáreas —de las cuales el 75% son de propiedad privada—, ya cuenta desde 2015 con la figura de Zona Especial de Conservación (ZEC) e integración en la Red Natura 2000, por lo que dispone de un nivel de protección ambiental elevado y suficiente. La conversión en Parque Natural no aportaría mejoras sustanciales en materia de conservación, pero sí supondría una carga añadida de limitaciones administrativas y restricciones de uso que comprometerían la continuidad de la actividad agraria y ganadera, así como el mantenimiento de la población en el territorio.
Es de reseñar que el borrador del Plan dedica un espacio mínimo a la caracterización del sector agrario —dos páginas de un documento de 169—, sin reflejar su peso real en la configuración del paisaje y en el equilibrio ecológico. Tampoco se realiza una evaluación rigurosa del impacto socioeconómico que estas medidas tendrían sobre los agricultores y ganaderos locales, ni se contemplan mecanismos de compensación. Esta falta de valoración evidencia una carencia de enfoque integral y un desequilibrio entre los objetivos ambientales y los sociales.
El Plan incurre, además, en contradicciones internas: proclama sostenibilidad, cohesión territorial y conservación del paisaje mientras impone normas que comprometen el modo de vida rural; otorga mayor flexibilidad a usos turísticos que pueden generar presión ambiental, mientras endurece el desarrollo agrario; y prohíbe o limita prácticas tradicionales que han contribuido históricamente a la estabilidad del ecosistema —como la ganadería extensiva, quemas controladas o mantenimiento de bancales— sin ofrecer alternativas de manejo.
Por todo ello, ASAJA Granada solicita que se desestime la declaración de Parque Natural, al no aportar mejoras significativas a un territorio ya protegido e imponer restricciones que afectarían negativamente a la actividad agroganadera y a la sostenibilidad socioeconómica de la comarca, además de no contar con el consenso social. Y, en caso de que el procedimiento continúe, reclama una revisión profunda del Plan para reconocer y valorar el papel del sector agrario y ganadero; garantizar la compatibilidad de su actividad con la conservación ambiental; evaluar el impacto socioeconómico; simplificar cargas administrativas; y establecer un marco flexible de gestión basado en buenas prácticas consensuadas, con medidas de apoyo y compensación y la participación del sector en la gestión del espacio protegido.
Fuente: ASAJA Granada