La futura PAC presentada por la Comisión Europea el pasado 16 de julio supondrá un duro golpe para Granada, con un recorte del 22% que dejaría sin 30 millones de euros anuales en ayudas directas a sus agricultores y ganaderos. En una provincia marcada por la escasez de lluvias, la difícil orografía y la falta de relevo generacional, la propuesta amenaza la supervivencia de sectores clave como el olivar tradicional, el almendro o la ganadería extensiva. Además, la fusión prevista de fondos del primer y segundo pilar obligaría al campo a competir con otros sectores por los mismos recursos, debilitando la cohesión rural y poniendo en riesgo la soberanía alimentaria.
ASAJA Granada lanza una seria advertencia ante la propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC) presentada por la Comisión Europea el pasado 16 de julio en Bruselas, al considerar que, de salir adelante, supondría un varapalo insostenible para la agricultura y la ganadería de la provincia.
El recorte planteado por Bruselas —una reducción entorno al 22% del presupuesto comunitario de la PAC, que pasaría de 387.000 millones de euros a 302.000— tendría un impacto devastador sobre el sector agrario andaluz, y en particular sobre Granada, que perdería alrededor de 30 millones de euros anuales solo en ayudas directas (primer pilar) a las que se podrían sumar otras pérdidas en ayudas de desarrollo rural (segundo pilar). Actualmente, más de 30.000 agricultores y ganaderos granadinos reciben 131 millones de euros al año en el marco de la PAC 2022-2027 solo dentro del primer pilar. Con este nuevo escenario, se daría un nuevo paso atrás tras el recorte del 20% ya aplicado en la reforma anterior, lo que acumularía una pérdida de más del 40% en una década.
La situación es especialmente preocupante para una provincia como Granada que arrastra importantes limitaciones estructurales como la escasez de lluvias, dificultades orográficas o recursos hídricos limitados que la sitúan en clara desventaja competitiva, a lo que se añaden otros factores como la falta de mano de obra en campañas clave como la aceituna o el espárrago y los cada vez más elevados costes de producción. Sectores estratégicos como el olivar tradicional, el almendro, los cereales de secano y la ganadería extensiva quedarían gravemente afectados especialmente en comarcas como el norte de la provincia, Los Montes, Alhama-Temple, La Vega o La Alpujarra. donde constituyen uno de los pilares económicos y sociales.
Otro aspecto alarmante de la propuesta es la exclusión de los agricultores jubilados del sistema de ayudas, una medida que aceleraría el abandono de tierras, en una provincia donde más del 40% de los titulares de explotaciones tienen más de 65 años. Esta decisión pone en jaque el relevo generacional y la continuidad de miles de explotaciones familiares.
A todo ello se suma un rediseño del presupuesto que elimina el epígrafe propio de la PAC, integrándola en un fondo único multisectorial junto con otros instrumentos de desarrollo rural (se pretende la fusión del primer y segundo pilar), que no solo reduce el peso específico del sector agrario dentro del presupuesto europeo, sino que obliga a la agricultura y la ganadería a competir con otros sectores por los mismos recursos generando tensiones innecesarias. También pone en riesgo líneas de apoyo como las destinadas a la modernización de explotaciones, la mejora de regadíos o la incorporación de jóvenes, pilares básicos para la sostenibilidad y el futuro del medio rural.
Desde ASAJA Granada rechazamos de plano esta orientación que debilita la PAC como política estratégica, reduce su capacidad para garantizar una alimentación segura, asequible y sostenible y aleja a Europa de los principios de cohesión territorial, equilibrio rural y soberanía alimentaria. Y los efectos no se limitarían al medio rural, también los consumidores saldrán perjudicados, al encarecerse la cesta de la compra, perder acceso a productos frescos, locales y de calidad, y aumentar la dependencia alimentaria de terceros países.
Por todo ello, exigimos al Gobierno de España y a la Junta de Andalucía que actúen con responsabilidad y firmeza para frenar esta propuesta descabellada. La nueva PAC debe construirse de forma consensuada, teniendo en cuenta la realidad y las particularidades de cada región. No podemos permitir que decisiones tomadas desde Bruselas de espaldas al territorio condenen a la desaparición a miles de agricultores y ganaderos que hoy sostienen nuestras comarcas rurales.
Queda tiempo para negociar, pero la propuesta de la Comisión debe ser reconsiderada. ASAJA GRANADA luchará para defender una PAC fuerte, justa y adaptada a las necesidades de nuestra provincia. El futuro del campo granadino está en juego.
Fuente: ASAJA Granada