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Asaja Exremadura denuncia que los abejarucos y la sequía provocan esta campaña pérdidas del 60% en los apicultores extremeños

En Extremadura se producen alrededor cinco millones de kilos de miel y medio millón de kilos de polen, de los que viven aproximadamente 1.600 familias extremeñas.

Asaja Extremadura denuncia que la masiva presencia de abejarucos unido a la sequía está provocando en la actual campaña pérdidas de hasta el 60% de la producción habitual de miel de los apicultores extremeños.

Así lo indica Paulino Marcos, presidente de la sectorial de Apicultura de esta organización agraria, quien asegura que esta especie invasora  –especialmente protegida en Extremadura- está provocando una auténtica “devastación” en las abejas, a las que aniquila: “Es un problema que tenemos desde hace mucho tiempo, pero que se ha incrementado ahora debido al año tan seco que estamos padeciendo”.

Paulino Marcos explica que este ave, procedente de África -y que está especialmente protegida por las autoridades aunque paradójicamente no en su lugar de origen- se alimenta directamente de las abejas. Para ello, se coloca encima de las colmenas durante todo el día, especialmente al amanecer y al anochecer. “El sonido que produce acobarda a las abejas, que se asustan y provoca que no salgan de las colmenas a por agua. De esta manera, las colmenas no se ventilan, las abejas no respiran y provocan con el calor la desaparición de la colmena”.

La llegada de los abejarucos –que se produce en abril y que permanece en tierras extremeñas hasta finales de septiembre- está provocando que la producción de miel descienda considerablemente, “alrededor del 40% este año, con unas pérdidas económicas incalculables”, ha indicado Paulino Marcos. El otro 20% del descenso del total de la producción se debe a la sequía.

El responsable de Apicultura de Asaja Extremadura insta a la Junta a decidir si quiere seguir protegiendo a esta especie invasora o bien dar un paso al frente y “protege de una vez al apicultor”. Por el contrario, de continuar así, “y si la administración sigue cruzada de brazos, y sigue considerando a esta ave como especie protegida, entonces debería de asumir por justicia nuestras graves pérdidas económicas”, ha indicado.

“El problema –añade Paulino Marcos- es que no podemos luchar contra los abejarucos, ni poder redes, ni matarlos, pero ellos sí pueden matar a nuestras abejas, por lo que estamos completamente desprotegidos”. Para él, la solución sería que la administración cambiara la protección del abejaruco y le considerase sólo como especie cinegética. “En Cantabria, los apicultores tienen el problema de los osos, que también atacan a las colmenas, pero en esa comunidad sí indemnizan a los apicultores; otro ejemplo es en Zamora, donde el lobo ataca a las ovejas y a las cabras,  pero también hay establecidas ayudas por parte de la administración;  pero aquí, en Extremadura, estamos completamente indefensos”, se queja.

En Extremadura, se producen cada año alrededor de 5 millones de kilos de miel y aproximadamente medio millón de kilos de polen. De toda esta producción viven directamente alrededor de 1.600 familias extremeñas, que piden a la Junta soluciones inmediatas a este grave problema.

 

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