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Asaja Córdoba rechaza la “injusta criminalización” a la ganadería tras nuevos estudios que reducen su impacto ambiental a la mitad

Como afirma el Dr. Escribano Zafra: “Llevamos comiendo carne millones de años y nos aporta muchas cosas. Comer carne no hace daño, ni es un mal menor” 

Asaja Córdoba rechaza la “injusta e infundada criminalización del ecologismo radical hacia la actividad ganadera” tras conocerse nuevos estudios científicos que reducen su impacto ambiental a la mitad del calculado hasta ahora.  

Como afirma el doctor Antonio Escribano Zafra, Doctor en Medicina, Especialista en Endocrinología y Nutrición, Catedrático de Nutrición Deportiva – UCAM – Murcia – España y Director de la Cátedra de Nutrición, Salud y Sector Agroalimentario, “la carne es un alimento fundamental dentro de la alimentación del ser humano. Somos omnívoros y necesitamos el consumo de carne como parte fundamental de la dieta”. Apunta que “llevamos comiendo carne millones de años y nos aporta muchas cosas. Comer carne no hace daño, ni es un mal menor”. 

En esa línea, la organización agraria se hace eco de dos investigaciones internacionales destacadas por ‘Somos Ganadería’ -una alianza de organizaciones relacionadas con la ganadería, entre ellas ASAJA- que concluyen que los efectos medioambientales de producir carne y lácteos es sensiblemente menor al desarrollar nuevas métricas que, además de los parámetros ambientales, incorporan criterios nutricionales como el mayor aporte de proteína, lo que significa que se necesitan menos alimentos para satisfacer la demanda y, por tanto, menos repercusión en el territorio.  

Asaja Córdoba pone en valor la contribución de la ganadería española y europea porque “cumple los estándares más exigentes del mundo en calidad, sostenibilidad y bienestar animal”. Añade que a pesar de que “colectivos radicales atacan continuamente el supuesto impacto ambiental de nuestra ganadería, la ciencia lo rebate con datos objetivos y lo deja bien claro: la visión no es negativa como pretenden señalar; al contrario, las proteínas que aportan los alimentos de origen animal son muy beneficiosas para la salud humana y han hecho evolucionar en positivo al ser humano”.  

   Expertos del Reino Unido, Estados Unidos y Países Bajos, entre otros, plantean que el impacto ambiental de los alimentos debe contemplar más criterios que el Análisis del Ciclo de Vida (ACV), que se ha venido utilizando durante mucho tiempo, como la calidad y el valor nutricional para superar las limitaciones y calcular los efectos globales con mayor precisión. Por ello, han desarrollado una nueva métrica, el ACV Nutricional (nLCA), según la cual el impacto de los alimentos no está simplemente relacionado con su masa, sino con sus características nutricionales generales, proporcionando una visión integrada del impacto de los alimentos en el medio ambiente y la salud humana. Sobre la base de estos cálculos nuevos y más precisos, el impacto ambiental de los alimentos de origen animal de alta calidad, como la carne, es mucho menor de lo que se calculaba anteriormente. 

Otro estudio publicado en Scientific Reports por investigadores italianos también comparó el impacto ambiental de quince alimentos vegetales y animales. Al considerar la cantidad de alimento necesaria para proporcionar todos los aminoácidos esenciales para un ser humano de 70 kilos, la carne de vacuno obtuvo un mejor rendimiento ambiental que otros productos. Los resultados muestran una nueva perspectiva y la necesidad de considerar la calidad de la proteína en el nLCA y la digestibilidad y biodisponibilidad de todos los compuestos bioactivos y micronutrientes para una evaluación menos sesgada y más confiable. 

Además, conviene recordar que, antes de incorporar estas nuevas métricas, los sectores energéticos e industriales son los responsables de más del 70% de total de las emisiones globales, mientras que el sector agroalimentario (incluyendo toda la agricultura y la ganadería), no alcanzaba ni el 11% del total. Este porcentaje ya de por si bajo, lo será aún más con estos nuevos estudios. 

Asaja Córdoba solicita a la Unión Europea que “incorpore en sus políticas agrarias, alimentarias y medioambientales, que son particularmente estrictas con los alimentos de origen animal, estas nuevas métricas más refinadas e integrales para garantizar que tanto los aspectos ambientales como los de salud humana sean debidamente tenidas en consideración”.  

Por tanto, culpabilizar al sector agroalimentario, (incluyendo toda la agricultura y la ganadería) de las emisiones globales es injusto, erróneo y contraproducente para el conjunto de la sociedad. 

Fuente: Asaja Córdoba

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