“La provincia no es nada sin la agricultura y la ganadería”. Así se expresaba el delegado de la Junta, Rogelio Pardo, al principio de la reunión mantenida ayer, miércoles, con el Comité Ejecutivo de ASAJA de Cuenca. Así, Pardo reiteró el compromiso de mantener la estrecha colaboración con la Organización para solucionar los problemas de los profesionales agrarios de la provincia.
Entre las dificultades por las que atraviesa el sector, el Comité Ejecutivo hizo hincapié en el retraso en los pagos de algunas líneas de ayuda y las reducciones presupuestarias de otras, que a juicio de ASAJA, son imprescindibles para el mantenimiento del sector agrario de la provincia. En este sentido, los representantes de la Organización Agraria recordaron a Pardo que, en el caso de las ayudas cofinanciadas, incluidas en el Programa de Desarrollo Rural (PDR), la Junta debe hacer la aportación correspondiente para que no deje de llegar al campo de la Región ni un solo céntimo de Europa.
Este es el caso de medidas tan importantes en la provincia como la conocida como “ayuda al pastoreo”, cuya financiación se distribuye en un 90% de la Unión Europea, un 6% del Ministerio de Agricultura y un 4% de la Comunidad Autónoma. Algo similar ocurre con la medida para el fomento de las prácticas agroambientales en el cultivo de girasol, que para Cuenca, como principal productora de España, es imprescindible.
Por otro lado, los reunidos trataron las repercusiones de la sequía en el campo y ASAJA solicitó medidas especiales para el sector ganadero, el más perjudicado, tales como una moratoria en los créditos de sequía y el pago a las Asociaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADG’s).
Además, ASAJA solicitó a Pardo que ponga en marcha medidas para atajar los daños de las especies de caza mayor en los cultivos, ya que, en opinión de la Organización, existe un problema muy grave a causa de la falta de control de las poblaciones de estas especies cinegéticas, ya que ante su excesiva proliferación y la competencia por el alimento, acuden a los cultivos. La Organización insiste en que cada año, cuando nace el girasol, los daños se disparan, especialmente en zonas de la Serranía conquense, donde muchas explotaciones acaban completamente arrasadas.
Finalmente, el delegado de la Junta en Cuenca reiteró su más completa disposición a seguir manteniendo un diálogo fluido con la Organización Agraria y a hacer todo los posible por solucionar los problemas planteados.
