Ahora hacer balance y recuento de lo que se ha perdido. Nuestro sector agrícola y ganadero, siempre nos toca, la naturaleza es sabia, más que los humanos, el agua siempre es buena para los campos. Ha encontrado lleras de ríos o riales sucios, llenos de cañas y árboles y también mucho cemento, en un episodio como este, se desbordan como el caso de la Tordera. De momento en esta zona que ha afectado a los cultivos desde Hostalric hasta el mar, no ha quedado nada. Las destrozas y pérdidas no se pueden cuantificar, todo está inundado. Los cultivos de huerta y de invernaderos que había en esta zona no ha quedado nada.
Respecto a los campos de cereal del litoral y prelitoral, los campos sembrados ya veremos cómo se comportan, ya que ahora no se puede saber si irá bien o mal. En cambio, los campos que tenían previsto de sembrar ahora, tendrán muy difícil hacer un cultivo, ya que los tractores agrícolas tardaran muchos días a poder entrar a los campos a hacer sus faenas.
En el Delta del Ebro ha arrancado todo el arroz de una banda del Delta. Ha estado el más malparado, además de perdida de cosecha, al entrar en el campo agua del mar, reducirá mucho la fertilidad de estos campos en unos años.
También han sufrido desbordamientos el Ter, el Onyar. La potencia de este cambio climático es evidente, los primeros en sufrirlo somos los agricultores y ganaderos, entre ayuntamientos y la Agencia Catalana del Agua deberán aprender a tener las lleras de ríos y rieras limpias, para poder evitar estos destrozos.
Fuente: Asaja