ASAJA de Ávila recuerda a Luis Planas que su ministerio y el Gobierno al que pertenece tienen innumerables cuestiones sin resolver para hacer del campo una actividad rentable para los que están y atractiva para los jóvenes. En su visita a la tierra donde más castiga el lobo a la ganadería, ASAJA le recuerda que lejos de proteger al ganadero su Gobierno ha blindado al lobo con su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, el LESPRE, impidiendo el control que venían realizando las administraciones autonómicas al sur del Duero hasta septiembre de 2021 y su gestión cinegética al norte.
Pero, además, siguen aún pendientes de resolver todas las cuestiones que han echado a las calles a los agricultores y ganaderos a lo largo y ancho de todo el territorio español, en la que ha sido la mayor y más contundente protesta del sector de los últimos 30 años. Necesitamos un control de la fauna silvestre, que además de matar nuestro ganado, es reservorio y transmisor de enfermedades a la ganadería impidiendo avanzar en las campañas de saneamiento ganadero. Como son también un problema las plagas vegetales donde el sector cada vez cuenta con menos herramientas y materias activas autorizadas para combatirlas, a la vez que se le impide su control con mediante prácticas culturales como las quemas.
La mejora de las líneas de seguros agrarios, que den una buena cobertura a las producciones agrícolas e incluyan los nuevos riesgos como la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, también están en el debe del ministro Planas. La adecuación del coeficiente de subvencionalidad de pastos a la realidad del campo, una flexibilización real de las exigencias medioambientales, la condicionalidad y los ecorregímenes de la PAC que imposibilitan llevar a cabo la actividad agrícola y ganadera bajo criterios de “sentido común”, la eliminación definitiva y no un aplazamiento de la obligatoriedad del cuaderno digital de explotación, medidas para racionalizar los costes de producción controlados por oligopolios como el de los abonos, las petrolíferas o las eléctricas, el cumplimiento de la Ley de la cadena alimentaria que permita vivir al productor y no cargue contra el consumidor, la reciprocidad en las relaciones comerciales con países terceros a través de la introducción de cláusulas espejo en los acuerdos con aquellos estados, la revisión de toda la normativa en materia de sanidad y bienestar animal, tratamientos fitosanitarios y abonado de los suelos agrícolas, el cambio de la política hidráulica sancionadora y recaudatoria llevada a cabo por las Confederaciones Hidrográficas o la necesidad de una legislación que proteja las tierras agrícolas y de pastos de los proyectos de macro parques fotovoltaicos.
El Gobierno de España aún no ha hecho los deberes con el sector agrario, y ASAJA tiene el deber de recordárselo al ministro Planas en un día como la festividad de San Isidro Labrador, en su paseo por la provincia de Ávila.
Fuente: Asaja Ávila