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ASAJA Asturias denuncia la dejadez del Consejero de Medio Rural ante la crisis insostenible de ataques de lobo y exige medidas inmediatas

ASAJA Asturias denuncia la inacción del consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, ante una crisis de ataques de lobo que califican de “insostenible”. Los ataques, que superan las 3.000 reses muertas al año, y alcanzan explotaciones de leche, zonas costeras y naves ganaderas. La organización recuerda que el Plan de Gestión del Lobo aprobado en abril autorizaba la extracción de 53 ejemplares y cuestiona si se ha ejecutado. “Si el consejero no es capaz de gestionar este problema, debe apartarse y dejar paso a quien sí lo haga”, advierte ASAJA.

La situación que vive la ganadería asturiana por los ataques de lobo ha superado todos los límites tolerables. Lejos de concentrarse en las zonas de montaña o en los pastos comunales, los ataques se producen ya en cualquier punto de la geografía asturiana, incluidas zonas costeras y explotaciones de leche, llegando incluso a las puertas de las casas y dentro de las naves ganaderas.

Mientras el campo sufre, el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, ha centrado buena parte de su agenda estival en actividades institucionales y de representación, en lugar de abordar con urgencia un problema que destroza el día a día de cientos de explotaciones. Desde ASAJA recordamos que en abril de 2025 se aprobó en el Plan de Gestión del Lobo la extracción de 53 ejemplares. A día de hoy, desconocemos si se ha llevado a cabo control alguno de población. Nos tememos que no.

Los ataques causan oficialmente la muerte de más de 3.000 animales al año, cifra que no refleja la magnitud real del problema: muchos ganaderos no declaran por las trabas administrativas o porque, tras el ataque del lobo, los buitres hacen desaparecer los restos antes de que un guarda pueda certificar la causa de la muerte. El resultado es un daño invisible que agrava el desánimo y la indefensión del sector.

Los hechos recientes hablan por sí solos: en Salas, tres lobos atacaron a un ternero a escasos metros de las viviendas; en Miudeira (El Franco), un lobo mató a una cría recién nacida dentro de la estabulación; en Cangas de Onís, un ganadero perdió ocho ovejas y otras tantas quedaron heridas de gravedad. Todo ello mientras el propio Principado reconoce que el lobo ocupa ya el 83% del territorio y que la población sigue creciendo.

En 2024 se confirmaron daños en 3.257 reses, con un coste en indemnizaciones de más de 1,5 millones de euros, un 96% más que en 2021. Las cifras oficiales del Plan de Gestión del Lobo son claras: se autorizan extracciones por zonas, con cupos específicos, pero los ataques siguen multiplicándose porque no se ejecutan las medidas.

Desde ASAJA denunciamos la absoluta inacción de la Consejería y advertimos de que esta dejadez está llevando a la ruina a numerosas explotaciones, poniendo en riesgo no solo la ganadería extensiva, sino también la de leche, base de la economía rural asturiana.

El consejero Marcelino Marcos no puede seguir eludiendo su responsabilidad. Si no es capaz de garantizar una gestión eficaz del problema, debería plantearse seriamente dar un paso al lado. La ganadería asturiana no se puede permitir más tiempo perdido.

Fuente: Asaja Asturias

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