La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (ASAGA Canarias ASAJA) reivindica que se incorpore la figura del ingeniero agrónomo y del técnico agrícola en los equipos multidisciplinares encargados de redactar los Planes Generales de Ordenación (PGO). A excepción de contadas ocasiones, estos profesionales son, por norma general, excluidos de estos procesos a pesar de ser conocedores de la actividad que se desarrolla en suelo rústico de protección agraria y, por consiguiente, quienes pueden determinar qué normativas se deben establecer en dicho suelo.
Normalmente, en el desarrollo de los PGO se cuentan con equipos multidisciplinares en los que participan arquitectos, geógrafos, biólogos, economistas, ingenieros de caminos y de obras públicas, además de abogados, sin embargo, en la parte que afecta al espacio agrícola no existe un ingeniero agrónomo o un técnico agrícola. En su lugar, esta tarea se le encarga principalmente a arquitectos o biólogos “expertos en sus respectivos campos, pero desconocedores de lo que la actividad agraria necesita o genera, de ahí que en la actualidad las normativas establezcan parámetros incorrectos e inútiles en la edificación de estructuras agrarias como muros, granjas, equipamientos o depósitos, entorpeciendo y reduciendo al mínimo el desarrollo y crecimiento de la agricultura y la ganadería en las islas”.
ASAGA Canarias recuerda que los ingenieros agrónomos y los técnicos agrícolas, por su formación, están perfectamente capacitados para elaborar planes generales de ordenación de espacios naturales y de suelo rústico.
Para la presidenta de ASAGA Canarias, Ángela Delgado, “es hora de que reivindiquemos que los PGO incluyan a este colectivo y se empiece a visibilizar su trabajo de cara a la sociedad para que el planeamiento deje de seguir perjudicando al sector agrario al calificar, mediante criterios urbanísticos, los suelos más productivos desde el punto de vista agrícola”.
ASAGA Canarias recuerda que nunca se ha realizado un estudio para clasificar la capacidad agronómica de los suelos en el archipiélago evitando su ocupación y desviando los asentamientos urbanos hacia los suelos menos productivos. Todo lo contrario: se han ido ocupando los terrenos colindantes de los caminos, en su día pistas forestales, y paulatinamente se ha terminado por urbanizar el campo. Es a partir de ese momento cuando la actividad agraria comienza a molestar, bien por los trabajos de laboreo en las fincas (presencia de tractores o cosechadoras) o por las granjas, muchas de las cuales han quedado fuera de ordenación debido a que el planeamiento no las ha tenido en cuenta, a pesar de que la mayoría de estas instalaciones son anteriores a dichos núcleos urbanos.
En Canarias, el suelo rústico, debido a la escasez del territorio, es un instrumento de competitividad e interacción con el suelo urbano. En la Península, en cambio, la regulación del suelo rústico carece de la importancia que tiene en las Islas al tratarse de espacios muy amplios alejados de las urbes.
Los ingenieros agrónomos participaron por primera vez en la redacción de la Ley del Suelo de Canarias en 2017. Posteriormente, el Ayuntamiento de La Laguna les encargó la revisión de la parte rústica del PGO de este municipio.
Fuente: Asaga Canarias.