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APAG EXTREMADURA ASAJA denuncia al retomado diálogo social por dar la espalda al campo extremeño

La renovación generacional en el campo, la mejora y modernización de las explotaciones, la integración cooperativa, la puesta en marcha de los nuevos regadíos de Monterrubio de la Serena y Tierra de Barros, la modificación de la normativa reguladora de la red ecológica Natura 2000 y otras muchas materias de igual relevancia social, económica y mediambiental deberían ser el centro del diálogo social en torno al sector agrario.  

El diálogo social, con el que las partes firmantes de la Declaración para la Concertación Social en Extremadura pretenden sentar unas bases sólidas para afianzar la recuperación de la economía, garantizar la creación de empleo digno y seguir avanzando en la reducción de las desigualdades sociales, se presenta, en lo que al campo se refiere, desde su propio origen, muy limitado, no valorándose, en su justa medida, el papel de la agricultura y su contribución, pasada, presente y futura, al desarrollo de Extremadura y a su sostenibilidad y su importancia para el conjunto de nuestra sociedad, más destacable aún en las zonas rurales.

 El diálogo social, cuyas líneas maestra se sentaron ayer con la firma de dicha Declaración, debe ser un verdadero instrumento de progreso y prosperidad social, económica y medioambiental para nuestra tierra, y, en tal sentido y en lo que al campo se refiere, debe abordar los problemas que asolan al sector, así como los retos que la agricultura y la ganadería debe plantearse de cara al futuro.

 APAG EXTREMADURA ASAJA considera que no tiene sentido que tal diálogo, conforme recoge la referida declaración, en lo que al campo se refiere, se centre en dos únicas cuestiones: la revisión del marco normativo en materia agraria y a la elaboración de un llamado plan integral para la producción ecológica en Extremadura.

 Por lo que se refiere a la revisión de la Ley Agraria de Extremadura (marco normativo en materia agraria), de 24 de marzo, tal revisión no se presenta, a priori, como un objetivo principal del campo extremeño, ni resulta, en principio, ni urgente y, quizá, ni tan siquiera necesario, salvo, claro está, que  lo que se pretenda no sea otra cosa que silenciar la voz del campo e impedir el cumplimiento de la previsto en su Título VIII; esto es: impedir la celebración de elecciones al campo.

 De otro lado y en lo que respecta a la potenciación de la agricultura ecológica (plan integral para la producción ecológica en Extremadura), APAG EXTREMADURA ASAJA, en la misma línea, considera que, aun siendo una alternativa interesante al sistema de producción tradicional, a día de hoy y según los datos de INFONATUR, sólo afecta a 90.000 de las, en torno, a 3.100.000 de hectáreas de superficie agraria que tiene Extremadura, lo que viene a representar tan solo un 3% de la superficie agraria útil de nuestra comunidad autónoma.

 En otras palabras, el campo, entiende APAG EXTREMADURA ASAJA, tiene otros muchos problemas, de bastante más envergadura, y debe, en su contribución al desarrollo de nuestra tierra, plantearse otros retos que poco tienen que ver con esas dos cuestiones.

 APAG EXTREMADURA ASAJA considera que los retos que debe plantearse el campo extremeño deben dar respuesta a problemas reales y cercanos al agricultor y ganadero y, por ende, a todo el mundo rural extremeño: fomentar la concentración de la oferta a través de una integración cooperativa adecuada,  promover y facilitar el  relevo generacional en el campo, incentivando la incorporación de los jóvenes a la actividad agraria, garantizar unas jubilaciones dignas, compatibilizar la Red Natura 2000 con las actividades tradicionales, reconocer la labor  realizada a lo largo de estos años por el agro extremeño en la conservación y mejora de la biodiversidad y el medio ambiente y que hoy en día podemos disfrutar del medio ambiente que hoy tenemos, etc., etc. etc.

 APAG EXTREMADURA cree conveniente recordar que la agricultura y la ganadería extremeñas suponen un 7,2% del PIB extremeño y son la base y esencia de las zonas rurales de nuestra comunidad autónoma. Esa importancia, entiende nuestra Organización, debe trasladarse al diálogo social. Al campo debe, en el proceso de concertación social, tratársele como se merece y no quedar relegado al práctico olvido.

 APAG EXTREMADURA ASAJA exige al gobierno extremeño y a los agentes sociales que, a la hora de dialogar sobre el presente y futuro de Extremadura, se tengan en cuenta a los agricultores y ganaderos,  que algo tendrán que decir al respeto.

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