Estas altas temperaturas han afectado negativamente a las producciones de los cereales de invierno cuya situación de maduración se encontraba muy avanzada. Una primera estimación sitúa las pérdidas en este sector entre 500 y 1.00 kilogramos por hectárea de trigo.
Otro sector que se ha visto igualmente afectado ha sido el olivar, en plena época de cuajado de floración, por lo que las pérdidas serán muy importantes, lo que se une también a la mala campaña del año pasado, especialmente para la aceituna.
En lo que se refiere a la cabaña ganadera se prevé también problemática por la previsión de un verano largo, seco y caluroso. Este sector también se va a ver muy perjudicado por la reducción de los pastos en nuestros campos debido a estas altísimas temperaturas y el complemento de ayuda alimentaria que hay que realizar en los próximos meses, con la sobrecarga económica que ello conlleva.
En este sentido, esperemos que el polémico satélite que usa Agroseguro para la medición de la sequía refleje -como sí lo ha hecho en abril- la situación real de sequía en pastos que se está padeciendo en nuestros campos durante este mes de mayo.
