Manuel Laparra, presidente de esta organización agraria, se pregunta cómo es posible y quiénes son los responsables de que se haya introducido esta especie en Extremadura, cuya expansión además ha sido considerable en los últimos años y, lo que es peor, sin ningún tipo de control pues incluso suelen cazar no de forma individual sino en grupos de cinco o seis por lo que es muy difícil establecer medidas de seguridad para evitar los ataques, que producen daños muy considerables.
De esta manera, APAG EXTREMADURA ASAJA solicita a la administración regional que tome las medidas necesarias para evitar, primero, que su expansión continúe sin ningún tipo de límite, y en segundo lugar para ayudar a los productores a habilitar unos mecanismos de defensa adecuados para evitar daños en especies, incluso, protegidas. En este sentido, queremos subrayar que los agricultores y ganaderos son los primeros conservadores del medioambiente, los que más trabajan por su adecuado mantenimiento, pero también los que sufren de forma directa a aquellos depredadores que, sin control ni regulación, producen unos daños irreparables.