Así, Clavell ha explicado que "como nos cuentan el patrimonio de la explotación agraria, es decir la granja y la maquinaria empleada si es de propiedad, nos dicen que no podemos acceder ni a la beca de movilidad, ni de material o matrícula". Para añadir que "es sabido que el sector primario no destaca por tener unos buenos ingresos, y más en la situación actual, y por esta razón consideramos una grave discriminación que no nos den estas becas, que en muchos casos son necesarias para poder seguir estudiando en la universidad".
La presidenta de AMFAR Cataluña ha manifestado que hay compañeros del sector agrario a los que "se les ha denegado la beca de movilidad, por qué a pesar de estar más lejos kilométricamente por motivos de trazado en la carretera, están dentro de la misma comarca del centro docente, mientras que otros que viven en otra comarca pero a menos kilometraje se pueden beneficiar".
Al mismo tiempo, otro hándicap de las becas es que "desde hace un par de años muchas no se resuelven hasta finales de curso o principios del siguiente, con lo que hay gente que no puede permitirse el lujo de avanzar 2.600 euros de golpe para pagar la matrícula, además de los desplazamientos".
Por último, Clavell dice que "ya basta! Trabajo en la explotación familiar, pago la Seguridad Social, y quiero estudiar para estar mejor formada, tal como reclaman desde la Unión Europea ¿Y todo ello a qué precio? ¿Al precio de vender la explotación? ¿Y de que me habrán servido los estudios de agronomía si ya no dispondré de la explotación para poder aplicar todos los conocimientos?".