La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) valora positivamente el acuerdo político alcanzado entre el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo sobre el llamado “paquete del vino” y, en relación con la nueva PAC, solicita un presupuesto específico para el sector vitivinícola conforme está actualmente. Advierte de que, si no se establece, se dejaría en manos de cada Estado miembro buena parte del apoyo efectivo al sector y podría generar desigualdades entre viticultores europeos.
Según ha informado el propio Consejo, el acuerdo provisional –cerrado el 4 de diciembre de 2025– moderniza la política vitivinícola con medidas para ajustar oferta y demanda, reforzar la adaptación al cambio climático, simplificar el etiquetado, aplicar los términos vino sin alcohol y vino reducido en alcohol, impulsar el enoturismo y combatir enfermedades de la vid como la flavescencia dorada. De todas estas medidas, para ASAJA la más importante es la posibilidad de un presupuesto extraordinario de la UE para arranque.
ASAJA recuerda que durante las negociaciones pidió mantener la especificidad del sector del vino, con un marco y un presupuesto propios que garantizaran que las mismas medidas y niveles de apoyo estuvieran disponibles en todos los países, y no solo allí donde los gobiernos nacionales decidieran aportar más fondos. Todo apunta a que esa petición no se verá plenamente recogida. La organización lamenta también que no se contemple la posibilidad de traspasar fondos no utilizados de un ejercicio financiero al siguiente.
Por ese motivo, ASAJA reclama ahora al Gobierno de España que dé un paso al frente y apoye al sector vitivinícola con la misma contundencia que otros Estados, como Francia, utilizando todas las herramientas disponibles: fondos de la PAC, programas nacionales y recursos adicionales cuando sea necesario. De lo contrario, advierte, los viticultores españoles partirán en desventaja en un mercado único donde sus competidores sí contarán con un respaldo público claro.
La organización subraya que el viñedo es un pilar económico y social en amplias zonas rurales de España, clave para el empleo, la fijación de población y la conservación del paisaje agrario. En este contexto, considera imprescindible que las nuevas posibilidades que abre el acuerdo europeo –arranques para evitar excedentes, inversiones climáticas, enoturismo, innovación o promoción exterior– se acompañen de un presupuesto concreto y suficiente para el vino, y no queden solo como un catálogo voluntario de medidas.
