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La Comisión Europea ha presentado su programa de trabajo para 2026, titulado «El momento de independencia de Europa»

Para el sector agrícola se contemplan dos iniciativas principales: una estrategia para la ganadería en el segundo trimestre de 2026, y una actualización de las normas sobre prácticas comerciales desleales en el tercer trimestre, basada en una evaluación prevista para noviembre de 2025.

En cuanto a la ganadería, la Comisión está reuniendo grupos de trabajo, pero aún no ha generado el impulso necesario para construir una estrategia ambiciosa que consolide los logros e invierta de forma selectiva. La Unión Europea necesita un sector ganadero fuerte para reubicar la producción en Europa, optimizar los beneficios de la ganadería y prepararse para el futuro.

Respecto a la bioeconomía europea, se espera una nueva ley sobre economía circular en el tercer trimestre de 2026, que complemente la estrategia de bioeconomía prevista para noviembre de este año. Esta ley busca transicionar la agricultura hacia un modelo más sostenible y eficiente, protegiendo la seguridad alimentaria y apoyando el despliegue de la Estrategia Europea de Resiliencia Hídrica, que actualmente pasa por alto la movilización de recursos.

El programa también anuncia un paquete de medidas sobre la «Unión de la Energía para la próxima década» (tercer trimestre de 2026), una simplificación de la legislación sobre productos energéticos y una revisión del marco de energías renovables. Esto podría abrir la puerta al concepto de «energía limpia», permitiendo el principio de neutralidad tecnológica y facilitando que los agricultores contribuyan a la descarbonización de otros sectores, especialmente el transporte, mediante la producción de biomasa para bioenergía y biocarburantes.

Para lograr estos objetivos, la producción deberá aumentar un 13 % de aquí a 2030 y un 25 % de aquí a 2050. Sin embargo, la incertidumbre sobre el impuesto al carbono en las fronteras de la UE, previsto para principios de 2026, y cuya normativa podría no entrar en vigor hasta finales de ese año, amenaza con perturbar el mercado de fertilizantes y perjudicar a los sectores de producción vegetal.

Además, mientras que las importaciones de insumos estarán gravadas, los cereales importados no lo estarán, lo que podría generar una diferencia de competitividad de hasta 20 €/tonelada, en un momento en que los sectores cerealistas europeos luchan por recuperar la rentabilidad.
Independencia, dice la Comisión…

Farm – Europe

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